NUESTROS LIBROS: Llego con tres heridas

30/06/2023

Violeta Gil. Llego con tres heridas. Caballo de Troya, 2022La casa cerrada, abarrotada, la casa armada, la casa vientre, la que ofrece toda protección y seguridad y calor y guisos. La casa que se cree mejor, más lista, más amante. ¿Cómo vas a querer marcharte?, te pregunta la casa.

Aunque nos esforcemos por descreer del determinismo y mantener fidelidad al libre albedrío, nada nos libra de ser los eslabones últimos de una cadena en la que se arrastran brillos y suciedades de los que querremos tener detalles, antes o después. Antes, si algo no va bien y queremos encontrar qué parte del pasado familiar está jugando sus cartas con nosotros; después, si nada se ha torcido demasiado y es, sobre todo, la curiosidad la que nos empuja a saber.

Otras veces lo pasado sobrevuela de manera casi constante, si algún episodio importante se silencia o sale a la luz de forma abrupta y no queda más remedio entonces que entender qué ocurrió, de qué manera nos afectó y cómo nos seguirá marcando, en grado mayor o menor. Ese es el caso del relato biográfico y literario de Violeta Gil, que ha entrelazado vida y proceso de escritura en Llego con tres heridas, su primera novela (también es autora del libro de poemas antes de que tiréis mis cosas, de 2019). Su título procede del poema de Miguel Hernández, muy célebre al ser cantado por Serrat y Joan Báez, que recuerda bien la generación de nuestros padres; a los suyos ha dedicado Gil este texto, que es fundamentalmente íntimo pero que también busca respuestas en un tiempo concreto -el de la Transición y los primeros años ochenta-, en el que era mucho lo que se recolocaba, lo que se emprendía y tenía que abandonarse.

La autora nació en esa época en Hoyuelos, Segovia, porque sus padres habían decidido establecerse allí junto a algunos amigos, buscando ejercer su profesión, la medicina, mientras llevaban una vida sencilla y apegada al campo, auténtica. Alcanzar esa sencillez era el deseo mayor de su padre, también en el amor, según se desprende de sus cartas; Gil no llegó a conocerlo, pues falleció cuando ella tenía tres meses y habiéndole dejado dedicado un poema precioso que se reproduce en el libro (Caballo de Troya): Has entrado hoy en el mundo/ y mientras tiemblo de gozo, me pregunto:/ ¿Qué serás?/ ¿Serás una mariposa?/ ¿Buscarás de flor en flor un aliento, una respuesta?

La causa cierta de su muerte, el suicidio, la conocerá ella siendo adolescente, de forma más bien accidental; podemos decir que Llego con tres heridas se construye con sinceridad y tacto en torno a ese hallazgo, pero sobre todo a partir de su voluntad de acercarse a la figura de su padre, y a lo que guarda de él, sin que su propia vida quede fundida en el proceso; de comprender la presencia de la muerte en las vidas de todos (con otra, la de su abuela, comienza esta historia) y la de entender otros duelos que sumar a las espaldas procurando que tampoco devasten y arrasen. Vive Gil una ruptura amorosa de la que, azarosamente o no, elige refugiarse primero, y recuperarse después, en la casa de Hoyuelos donde vivió de niña, aproximándose a la tierra, esquivando conversaciones al principio y relacionándose luego con quienes hacen vida o han encontrado alegría en ese mismo lugar (allí se rodó, una década antes de que naciera la escritora, El espíritu de la colmena de Erice, que no se ha desprendido del todo de los vecinos que lo recuerdan).

Parecen muchas formas de dolor las abordadas, las tres heridas –que se dan también en su abuelo y su madre, cuyas experiencias frente a la muerte narra también Gil con una enorme ternura, y que estructuran el libro-, pero todas ellas quedan entrelazadas, como un árbol y sus ramas, incluso en las conversaciones imaginarias entre padre e hija. Su desenlace será un camino que nadie más podrá hacer por otro.

Palacio de Hoyuelos, Santa María la Real de Nieva, Segovia
Palacio de Hoyuelos. Santa María la Real de Nieva, Segovia

 

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