Desde hace cerca de un lustro la trayectoria sólida de Julia Fuentesal y Pablo M. Arenillas no ha dejado de asentarse: formados en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, han concedido a su producción una dimensión lúdica que implica que la participación del espectador venga siendo esencial a la hora de finalizar la configuración de sus composiciones abiertas. Se basan estas en una topología de signos que conjuga aspectos autobiográficos de los autores, el azar y recursos formales recurrentes como la repetición o las figuras dobles.
En 2015 resultaron premiados en el programa andaluz Iniciarte y, en 2018, por la Blueproject Foundation barcelonesa; hasta el pasado fin de semana compartieron muestra con Katja Angeli en F2 Galería y acaban de estrenar nueva exposición en Madrid, tras resultar ganadores de la convocatoria Primera Fase. Programa de Producción Artística Comunidad de Madrid – DKV, un certamen que tiene como fin facilitar la realización de una primera individual en un espacio institucional a creadores menores de 35 años.
Su proyecto, que ya puede contemplarse en la Sala de Arte Joven de la Avenida de América, lleva por título “Cubierta brillante, margen delgado”, ha sido comisariado por Juan Canela y, como viene siendo habitual en sus propuestas, se despliega en el espacio generando un escenario en el que materiales de frecuente uso por Fuentesal y Arenillas derivan en formas o composiciones formales. Ese trabajo con el espacio resulta fundamental en la muestra, tanto como las referencias a la misma poética del material, vinculado en su caso a la vivencia, a la acumulación del tiempo y las transformaciones que conlleva: en el recorrido saldrán a nuestro encuentro, inesperadas, pequeñas formas móviles; fragmentos diversos o piezas que llaman nuestra atención sobre sus contornos, que es nuestro entorno, y sobre nuestra capacidad de modificarlo.
En palabras de Canela, suelo desgastado hecho forma que invita ahora al cuerpo a seguir transformando. Movimiento constante, mudanza aparentemente imperceptible. Arriba y abajo, cerca y lejos, cuerpo y madera, flujo operativo. Como el balanceo de los juncos con el viento, los materiales cambian porque sopla vida. Proceso y metamorfosis material generada por impulsos instintivos.
Así, a la hora de contemplar las obras, podremos mirar desde los espacios de reposo en los que habitualmente descansamos nuestra vista, atender a la rugosidad y las texturas… Su proceso de producción converge con su misma exposición cuando entran en contacto con el espacio y el tiempo del espectador e incluso con su piel, del mismo modo que al público se le invita tanto a abrirse a la experiencia como a poner en marcha la imaginación, a callejear por la exposición conforme a diversos caminos posibles, como si las dos plantas de la Sala de Arte Joven fueran un terreno de juego.
Predominan en sus trabajos deslizamientos, dobleces y perforaciones que sugieren tactilidad y algunos de ellos se reflejan, en juego especular, en moldes de tela repetidos, en tableros con piezas de madera de formas recortadas o en siluetas delgadas que quedan dibujadas en el espacio. Les interesa atender a las técnicas manuales tradicionales, como se aprecia en sus modos de manejar la madera, y también servirse, como decíamos, siempre de materia prima muy cercana y que llame a la interacción manual: cartón, papel, la mencionada madera, grafito, telas, grapas o latón. Será posible acordarnos de Eva Lootz, Franz Erhard Whalter, Berta Cáccamo o Nacho Criado.
El propósito de los artistas ha sido llevar la intimidad con los materiales a este espacio: De una columna medra un hongo y en las paredes se acumulan charcos. Reflejos amigos que se conforman en el asfalto cercano. Barrio acumulado, agua evaporada, madera recortada. Charcos hechos de suelo desgastado. Trama vital que se desarrolla bajo las pisadas.
Fuentesal & Arenillas. “Cubierta brillante, margen delgado”
Avenida de América, 13
Madrid
Del 2 de junio al 25 de julio de 2021
