El eje de la obra de Francisco Mayor Maestre, joven creador madrileño que aúna procedimientos de la pintura y la gráfica y que en 2015 ya obtuvo el Premio Nacional de Grabado a artistas emergentes que otorga la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, es la reflexión en torno a nuestros modos de habitar las ciudades, las relaciones entre vida y arquitectura. Gran observador de la capital y sus alrededores, ha atendido a la transformación de la periferia fijándose en lo que nos ofrece más allá del aparente orden que a menudo se aprecia desde las carreteras, aunque este asunto viene compartiendo protagonismo en su trabajo con los procesos de construcción de la imagen y con lo que queda en los márgenes de la pintura: se vale sobre todo de la técnica al óleo, pero también del dibujo, el college y la impresión, y a sus soportes incorpora materiales diversos que suponen para el espectador capas de información.
Cuando pasó por nuestros Fichados, en 2020, nos explicó el origen de esa voluntad de hibridación: Mi obra se mueve en el espacio de lo pictórico, digamos que nace de la ortodoxia técnica de la pintura al óleo pero, conforme el proceso avanza, hago uso de todos los recursos técnicos que tengo a mi alcance, al fin y al cabo vivimos en un contexto híbrido, y por lo tanto entiendo que mi trabajo nace de lo multimedia. Esto da como resultado pinturas que incorporan formas de hacer de la obra gráfica, del dibujo, del collage, de la fotografía, de herramientas de composición digital y en general de cualquier medio técnico de producción de la imagen bidimensional.
Tras esa diversidad y esas superposiciones no se encuentran solo razones formales: la aplicación sucesiva de trazos, veladuras, pinceladas, borrados o correcciones es fruto de investigaciones y dudas que dejan así su poso, de tanteos y conclusiones en torno a esta disciplina pero también alrededor de lo cotidiano y, en palabras del propio autor, su dimensión luminosa.
Dos de sus series recientes nos esperan, hasta el 11 de febrero, en Domus Artium 2002 (Salamanca), en la exhibición “Cuidado con el perro”, que se le brinda a Mayor Maestre tras recibir el primer premio en el XXV Certamen de jóvenes pintores de la Fundación GACETA: la primera nos lleva a la mencionada periferia madrileña, en torno a La Cañada Real, Vallecas y Los Berrocales; la segunda a un entorno más limitado y cercano, al taller del artista.
En el primer caso, apreciaremos que esos paisajes urbanos que atravesó una y otra vez en su infancia y juventud, y que por tanto le son muy próximos, constituyeron para él el punto de partida de una reflexión crítica en torno a la especulación con la vivienda. Contemplaremos planos frontales de fachadas de edificios residenciales, con terrazas o ventanas en hilera, cuya repetición modular, como señala Carlos Delgado Mayordomo en el texto que acompaña esta exposición, podría remitir tanto a la abstracción geométrica como a la serialidad del minimalismo y el Pop, aunque Mayor propone aquí, más decididamente, una revisión de esa estructura reticular desde lo figurativo, recalcando que las opciones expresivas de esos vanos como elemento formal pueden no agotarse gracias a los juegos de colores y sombras, a los garabatos, los papeles pegados y, en suma, a la introducción en el plano de elementos alusivos a la vida cotidiana, y no a cualquiera. El discurso estético de este autor surge del estudio de los espacios y arquitecturas de las áreas más afectadas por la desigualdad.
Esa poética de lo cotidiano se hace presente, igualmente, en la segunda serie a la que nos referíamos, nacida de su taller y de la observación de todo lo que ocurre, y no solo en un sentido físico, en su mesa de trabajo, donde lo acompañan objetos, libros, plantas, esquemas, ventanas, desechos, luces y sombras que también nutren su proceso creativo. Los enseres que recoge en estas composiciones mantienen hasta cierto punto su volumen, pero el conjunto de las imágenes ofrece un delicado aplanamiento que las aproxima a la abstracción y que hace que algunos materiales puedan resultarnos flotantes; transita Mayor Maestre entre el orden y el desorden.
Asumiendo la tradición del bodegón, la lleva a su terreno a través de superposiciones, transparencias y planos, de un modo no tan lejano al que utiliza la aplicación Photoshop para componer y descomponer imágenes; el madrileño pertenece a una generación de (casi) nativos digitales y el vídeo se encontró entre las técnicas primeras de su formación.
Francisco Mayor Maestre. “Cuidado con el perro”
Avenida de la Aldehuela s/n
Salamanca
Del 30 de noviembre de 2023 al 11 de febrero de 2024
