El gran coleccionismo suizo llega a la Albertina

El museo vienés exhibe obras de los fondos Hahnloser

En Suiza no existen colecciones de propiedad estatal, pública, y por tanto tampoco una Galería Nacional; hay que recordar que el país, como Estado confederado y con las fronteras con las que hoy lo conocemos, data de 1848 y la actividad coleccionista allí la han desarrollado coleccionistas privados y museos locales, fundamentalmente. Corría 1906 cuando un colectivo de jóvenes entusiastas del arte (entre ellos Arthur Hahnloser y Hedy Hahnloser-Bühler, Richard Bühler y los hermanos Oskar y Georg Reinhart) se asentaron en el patronato del Winterthur Kunstverein, que se había fundado justamente en 1848, iniciando una década gloriosa para el coleccionismo suizo y para esa ciudad: en la década de 1910 gestaron uno de los fondos privados más importantes de Europa, la Colección Hahnloser, que tendría una influencia crucial en el desarrollo de posteriores fondos de arte moderno y contemporáneo.

Félix Vallotton. La blanca y la negra, 1913
Félix Vallotton. La blanca y la negra, 1913. Colección Hahnloser
Félix Vallotton. El sombrero violeta, 1907. Colección Hahnloser
Félix Vallotton. El sombrero violeta, 1907. Colección Hahnloser

Atesora piezas fundamentales del siglo XX: trabajos de Manet, Cézanne, Van Gogh, Renoir y Toulouse-Lautrec y de artistas suizos como Hodler y Vallotton; también ocupa un lugar esencial el colorido vivo de fauvistas y nabis. Hay que tener en cuenta que, en su conjunto, se gestó la Colección Hahnloser en un periodo de tiempo relatívamente corto, entre 1907 y 1936, y que en su formación tuvo mucho que ver el contacto directo de esos patronos con los artistas, sobre todo con  Bonnard, Matisse y Vallotton, con quienes mantuvieron un vínculo profundo, leal y amistoso.

Inicialmente, Arthur y Hedy Hahnloser atesoraban piezas únicamente para su casa, la célebre Villa Flora de Winterthur, pero gracias a sus encargos de obras, sus donaciones a museos y la vehemencia con la que defendieron a “sus artistas”, promovieron indudablemente el conocimiento de la creación moderna en Suiza. Gracias a sus donaciones, en 1916 el Winterthur Kunst Museum pudo definirse como la primera colección pública de arte francés en Suiza y los museos de Berna y Zürich seguirían sus pasos. Ese entrelazamiento de fondos privados y públicos aún hoy se conoce como “Principio Hahnloser”.

Tras la muerte de Hedy Hahnloser, en 1952, la colección fue para sus hijos, Hans y Lisa, y hoy buena parte está en manos de la Fundación Hahnloser/ Jaeggli, fundada en 1980; el resto continúa siendo propiedad privada de la familia. En 2018 la Villa Flora fue donada al cantón de Zúrich y en 2022 se pondrá a disposición del público como tercera sede del Winterthur Kunst Museum. Entretanto… es la Albertina vienesa la que dedica su gran exposición de primavera a estos fondos, de los que forman parte pinturas emblemáticas, como Reflejo o La bañera de Bonnard, uno de los autorretratos de Cézanne, Café nocturno en Arlés de Van Gogh, La blanca y la negra de Vallotton o la escultura Pomona, de Maillol.

Para el matrimonio Hahnloser, coleccionar no era tanto una pasión como una forma de vida y en ella involucraban activamente a quienes los rodeaban. Concibieron sus adquisiciones como un museo para la enseñanza e invitaron a sus amigos y familiares a adquirir trabajos de sus artistas favoritos (y a estos, a donar sus obras a coleccionistas privados y museos suizos). Por eso a ellos les debemos, no solo la pujanza artística de diversos fondos de este país, al margen del suyo, sino el desarrollo de avanzadas políticas de adquisición y un incremento de donaciones que generaría el nacimiento, a su vez, de otras colecciones.

La muestra que, hasta el 24 de mayo, acoge la Albertina ofrece una visión variada de los fondos Hahnloser a partir de obras llegadas fundamentalmente del Kunstmuseum Bern y del Winterthur Kunst Museum. De las 500 pinturas, obras en papel y esculturas que originalmente componían esta colección han llegado ochenta a la capital austriaca para dialogar aquí con parte de las obras que atesora la Albertina: veinticinco de sus pinturas se han integrado en la muestra.

Édouard Vuillard. La partida de damas
Édouard Vuillard. La partida de damas. Colección Hahnloser

 

“Van Gogh, Cézanne, Matisse, Hodler. The Hahnloser Collection”

ALBERTINA

Albertina Platz 1

Viena

Del 22 de febrero al 24 de mayo de 2020

 

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