Como cada mes de octubre desde 2017, Córdoba se transforma y se convierte en punto de mira para quienes quieren acercarse a la naturaleza desde el prisma del arte. FLORA. Festival Internacional de las Flores invita a autores de reconocimiento internacional a realizar en icónicos patios de la ciudad instalaciones site-specific elaboradas con flores y plantas en las que proyectan su mirada artística y contemporánea sobre lo botánico, más allá de lo meramente decorativo o festivo.
Las dotaciones de estos galardones, los de mayor cuantía del mundo en arte floral, 25.000 y 10.000 euros, respectivamente, hacen que, unido al éxito de público en convocatorias anteriores, FLORA se sitúe ya en el mapa internacional como una referencia dentro de las citas para los profesionales dedicados a esta disciplina y los amantes de las flores.
El tema escogido en esta edición como hilo conductor sobre el que han versado todas las creaciones es “Inteligencia vegetal”. En el momento actual, que nos sitúa en un escenario de incertidumbre rodeados de tecnologías como la inteligencia artificial, los organizadores de FLORA proponen volver la mirada hacia la sofisticada ―y para muchos desconocida― inteligencia de las plantas y las flores, seres que, en su condición de enraizados, desarrollan una serie de capacidades y estrategias que inspiran a científicos y pensadores de muy diversas maneras. Por su resiliencia, capacidad de adaptación a todo tipo de entornos y su propia creatividad para sobrevivir, la inteligencia natural nos brinda muchas razones para aprender de ella.
Este año han participado cinco artistas o colectivos, cuatro de ellos por invitación y el quinto elegido en la convocatoria internacional FLORA Patio Talento 2023.
La obra de Tadao Cern, que lleva por título Flor negra / Eco blanco y está ubicada en el patio segundo del Museo Arqueológico de Córdoba, ha sido la favorita del jurado, formado en esta ocasión por María Eugenia Diego (KOKON), artista ganadora de FLORA 2022; Marie Perennès, conservadora en la Foundation Cartier pour l’art contemporain de París y comisaria independiente; y Vicente Todolí, director artístico en el Pirelli HangarBicocca de Milán. De ella han destacado su carácter performativo, la vinculación con la temática, la eficacia en el uso de los recursos y su metáfora de la mezcla de culturas propia de la historia de Córdoba.
Se trata de una composición realizada con claveles y crisantemos blancos, que se disponen sobre una alberca cuyo fondo, al igual que el agua, ha sido teñido de negro. Las flores se irán alimentando de este agua coloreada y transformando así de manera natural su apariencia. Fascinado por la fusión entre las diversas culturas que históricamente han enriquecido Córdoba, el artista lituano utiliza el poder simbólico del negro —fusión del espectro de todos los colores— enfrentado a su oposición, el blanco, para hablarnos de solidaridad, historia y resistencia.
Por su parte, el dúo Flowgardenz ha sido reconocido con el segundo premio FLORA por su instalación Célula, que se puede ver en el patio del Palacio de Orive. De ella, los miembros del jurado han destacado “su coherencia en todos los elementos empleados, juego de escalas y sensación inmersiva.”
Lo primero sobre lo que Flowgardenz trata de llamar la atención es la escala, dando todo el protagonismo a la naturaleza y colocando al ser humano en un segundo plano. Esta, no es solo una pieza colorida en la que se han empleado hojas de bambú, celosía, clavel, craspedia, crisantemo, Erygium, flor de loto, kuwa, lenteja de agua, musgo y siempreviva, es la puesta en escena de unas formas de vida con mecanismos únicos de supervivencia y comunicación. Como ellos mismos señalan, “al crear una célula vegetal a gran escala con flores cuidadosamente seleccionadas simbolizamos la inteligencia intrincada y a menudo enigmática que reside dentro de estos organismos aparentemente simples.”
Los otros tres reconocidos creadores florales que este año han participado en FLORA son Flowers by Bornay, con una interesante y minimalista obra titulada Mobilis in mobili, expuesta en la Diputación de Córdoba; Ha I I Hwa, con Mecanismo artificial de defensa, en el Palacio de Viana; y Harriet Parry, con Duramen, en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Además, fuera de concurso, se presenta la obra Matrix vegetal, de Patricia Guerrero, comisariada por la Fundación Thyssen Bornemisza Art Contemporary. TBA21, que podrá verse en el Centro de Creación Contemporánea C3A en el marco de la exposición “Remedios: por los caminos ancestrales”.
Más allá de las instalaciones florales, centro del Festival, FLORA organiza un completísimo programa de casi cien actividades paralelas con propuestas interdisciplinares (música, arte, danza, investigación científica, cine, gastronomía…) que tienen como objetivo profundizar en ese acercamiento global que el Festival quiere hacer al mundo de la botánica contemporánea, implicando a otros espacios y agentes, así como a un gran número de ciudadanos y visitantes. Todo ello genera un notable impacto económico en la provincia de Córdoba, que según los resultados del Informe sobre el impacto económico de FLORA 2022, publicado por la Universidad Loyola, alcanza 14,2 millones de euros en términos de PIB en la provincia. El presupuesto de esta cita para 2022 generó, por cada euro invertido, un valor de 16,5 veces en gasto turístico y de 13 veces en difusión y comunicación.
Esta sexta edición del festival se clausura el 26 de octubre con su ya tradicional guerrilla floral, que Flor Motion realiza junto con colectivos sociales de la ciudad. Esta acción, que nace de la preocupación del festival por la sostenibilidad, da nueva vida a todo el material efímero que se utiliza en cada edición al permitir a vecinos y turistas realizar instalaciones florales callejeras en las calles de Córdoba con las plantas sobrantes tras los diez días del Festival.
