Clara Montoya, yo soy el río y el río soy yo

Valencia y Madrid, 05/07/2021

Cuando Clara Montoya se sumó a nuestros Fichados, hace casi tres años, se encontraba presentando en la Tabacalera madrileña “Próxima Centauri B“, un proyecto que tenía como germen el hallazgo, en 2016, de un exoplaneta con ese nombre, de la constelación Centaurus, que, según se creyó en ese momento, podría tratarse del exoplaneta habitable más cercano al sistema solar (la NASA desmontaría más tarde esa posibilidad). Los relatos generados por este descubrimiento llevaron a la artista madrileña a ahondar en lo que de nosotros expresan las narraciones que parten de hechos reales pero que cobran vuelo más allá de ellos.

Nos contaba Montoya entonces que le interesaba explorar “la belleza de intentar comprender el mundo”; sus temas son tan diversos como lo humano y sus misterios, el sentido de nuestros ritos y nuestra noción de cambio o nuestros modos de percibir realidades en transformación constante. Su arte, de cariz filosófico y a veces existencialista, se entrecruza con la ciencia (biología, astronomía, física, neurociencia, psicología) y la literatura.

Su propuesta más reciente lleva por título “Tú” y se vertebra en torno al río Whanganui, el tercero más largo de Nueva Zelanda, el de mayor curso navegable y, también, el primero del mundo en adquirir rango legal de persona (tras un extensísimo juicio, igualmente el más prolongado de la historia de ese país). Las razones de ese reconocimiento tienen que ver con su consideración por el pueblo maorí: sus miembros lo conciben como un ancestro al que deben honrar o incluso un familiar del que cuidar, un ser con fuerza espiritual propia y con el que ellos mismos componen un todo que no puede disociarse. Forma parte de su comunidad, en un sentido amplio.

A partir de este hecho sin parangón y de los diálogos entre las partes implicadas en aquel pleito, ha querido Montoya explorar asuntos habituales en su producción en relación con esos diversos hallazgos humanos y fenómenos naturales: los factores que intervienen en la construcción de los individuos y sus identidades, la capacidad humana y social de crear conceptos y realidades vinculados a sus vivencias y cultura y los procesos de negociación necesarios para verlos reconocidos; en este caso arduos, dadas las dificultades de trasladar los vínculos emocionales con la naturaleza de un pueblo indígena al lenguaje administrativo.

Clara Montoya. "Tú". Centre del Carme, Valencia — Clara Montoya. “Tú”. Centre del Carme, Valencia

Debido a la crisis sanitaria, la presentación de “Tú” ha debido posponerse y se desarrolla ahora en dos sedes simultáneamente: el Centre del Carme de Valencia y la F2 Galería de Madrid. En la primera encontraremos una intervención compuesta por seis máquinas de luz yuxtapuestas y sincronizadas cuyas fluctuaciones pueden recordarnos la reverberación del sol sobre el agua. Esa luz altera permanentemente la sala, del mismo modo que el caudal de todo río fluye sin cesar e inevitablemente, y revela u oculta fragmentos del entorno, remitiendo asimismo a la percepción necesariamente parcial de lo que nos rodea: lo que vemos (o creemos ver) nunca será la realidad completa.

Incide Montoya en que nuestra visión está condicionada por la subjetividad y esta transforma los relatos que alumbramos para entender el mundo y para entendernos a nosotros, construyendo capas de significados superpuestos como las que rotan despacio alrededor de los ejes luminosos de cada una de sus máquinas. El título de la muestra, sin embargo, nos invita a tomar cierta distancia respecto a esa manera propia de mirar y definir el mundo: nos sugiere preguntarnos si el tú puede implicar a una multiplicidad de individuos, incluyendo el yo.

Completa la muestra, por último, la traducción del texto legal que otorgaba derechos y deberes al Whanganui.

La exhibición de F2, la primera de la artista en esa sala, lleva por nombre “TÚ+” y en ella se citan y replantean elementos de la exposición valenciana. Si en aquel caso asistíamos a una propuesta instalativa que incorporaba un análisis filosófico sobre el concepto de persona y propuestas de acciones a futuro en relación con el agua, en Madrid nos espera una reunión de trabajos que se contraponen en forma y fondo y que se refieren al artista/creador como individuo en el contexto social.

Ha prestado Montoya atención a su materia y texturas o a su proyección virtual; destacan entre las piezas Llorona I, escultura-fuente que incorpora plantas y agua y que dialoga con las columnas de la galería y Trozodetú, una lámpara veneciana convertida en escultura que se apoya en un tronco tosco de madera, en un nuevo ejemplo de incorporación de lo orgánico y de llamada de atención sobre nuestros modos de habitar.