En 1943 trabaja como pintor industrial, al mismo tiempo que se matricula en la Escuela de Artes y Oficios de Santander, ingresando, en 1953, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Allí coincide con Alfredo Alcaín, Manuel Alcorlo e Isabel Villar, con la que posteriormente contrae matrimonio. En 1955 viaja a París, obteniendo, en 1957, la Beca del Paular. Durante la década de los cincuenta sus obras son informalistas, en la tónica del arte español de vanguardia. Es en los sesenta cuando, al mismo tiempo que ordena su trabajo de manera serial, aborda la problemática pictórica a partir de lo que auspiciaba el pop-art, es decir, la austeridad temática, la textualidad y la repetición, conjugando, de un modo efectivo, el distanciamiento con la plasticidad de los procedimientos pictóricos tradicionales, con la trama narrativa. Su trabajo se distingue por la frescura con la que aborda soportes poco convencionales, como el cristal. Sanz evoca siempre el mar, en una continuada metáfora de los procedimientos pictóricos y su uso. Destacan sus exposiciones individuales en: Galería Sen, Madrid (1994), Galería Ederti, Bilbao (1996), Palacete del Embarcadero, Santander (1999), y Claustro del Palacio de la Diputación Provincial de Cádiz (2000).