Inicia sus estudios en las Escuelas de Artes y Oficios de Madrid y Zaragoza, y posteriormente en el estudio de pintura Arjona de Madrid y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Realiza los talleres de Arte Actual del Círculo de Bellas Artes de Madrid, de Manuel Mompó, Rafols-Casamada , José Guerrero, Fernández Pijuan , y Antonio Saura. Su obra trata de la memoria visual sin ocultarla en discursos trascendentes y oscuros. Tan cercana de Hollywood como del Louvre, de los dibujos animados, como de los grandes maestros: una forma de entender el arte como espectáculo de la vida que desea ser disfrutado antes de que lo encierren en un museo. Rufo desarrolla, como Baldessari , una conversación con la mirada del espectador en unos márgenes más amplios que aquellos en los que la pintura parece haberse encerrado. La relación con otras artes no solo es temática, sino también narrativa, a través de la seriación de los diversos elementos que componen la obra establece que el espacio es un efecto del tiempo. De este modo el público se convierte en lector que desentraña una historia entre lo figurativo y lo abstracto. Destacan sus exposiciones individuales en la Galería Ángel Romero de Madrid.