En 1960 reacciona contra el informalismo, uniéndose entonces al arte povera. Concentrándose en los componentes básicos de la pintura (lienzo, marco, pinturas monocromas o incluso superficies desnudas), y sirviéndose del collage pretende analizar el proceso laberíntico del ver planteando nuevas relaciones entre autor, soporte, espectador, etc. Como el resto de los artistas italianos pertenecientes a este movimiento, se sirve igualmente de imágenes metafóricas tomadas de la naturaleza, de la historia, y de la vida cotidiana, intentando alcanzar con ellas un sistema de valores artísticos opuesto al clásico y que se encontrase ligado a la política radical.