De padre colombiano y madre catalana, a lo largo de su infancia vive y se educa en distintos países: Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia y Colombia. Durante su estancia en Barcelona estudia brevemente en La Llotja y asiste esporádicamente a los cursos del Círculo Artístico, aunque puede considerarse un autodidacta. En la década de los cuarenta su obra se caracteriza por la influencia de corrientes diversas como el fauvismo
o el novecentismo, mientras que en la primera mitad de los cincuenta se habla de postcubismo. En estos años se encuentra estrechamente ligado al grupo de intelectuales La Cueva al que pertenecen García Márquez o Álvaro Cepeda. A partir de 1958, coincidiendo con un viaje de varios meses por Europa y Nueva York en el que conoce el informalismo
y el action painting
norteamericano, su obra se desembaraza de su geometrismo y se orienta hacia el expresionismo con cuadros como Aves fulminadas por un rayo (1958). Desde este momento su pintura da rienda suelta al color y a la gestualidad y desde el punto de vista temático se vuelve hacia la tierra y toma como inspiración el exuberante paisaje caribeño con su fauna y su flora desbordantes. En 1958 obtiene el primer premio de la Bienal Hispanoamericana de Madrid. Es de destacar su labor pedagógica en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá y su compromiso político que le lleva a denunciar en sus lienzos y murales la delicada situación que atraviesa su país en obras como Homenaje a un estudiante muerto (1962). El Centro Cultural Consolidado de Caracas le dedicó una importante retrospectiva en 1991.