Su formación comienza en 1805 en la Academia de Copenhague, donde adopta la claridad y brillantez características de la escuela danesa; en 1808 se traslada a Dresde donde se especializa en la elaboración de pequeños retratos situados en interiores de gran delicadeza. Entabla, hacia 1810, amistad con el pintor Caspar David Friedrich, con quien inicia un recorrido por los Montes de los Gigantes. En 1812 1813 se alista en el ejército y es enviado como voluntario a la Guardia de Lützow. En 1818 se establece en Meissen, tomando la dirección del taller de pintura de la manufactura de porcelana. Su obra se caracteriza por unos retratos en los que el personaje retratado, y el espacio que le rodea, quedan ligados entre sí, convirtiéndose en la personificación del interés que cobraría el espíritu individual por encima de lo efímero en un primer romanticismo; retratos alabados incluso por Goethe quien recomienda la compra del cuadro The Embroiderer al Gran Duque Carlos Augusto. Ante el espejo (Kunsthalle, Kiel, 1827) y Hombre sentado junto al secreter (Museo del Palacio, Weimar, 1811), son ejemplos destacados de su obra.