Cursa estudios de Bellas Artes en la Facultad de Barcelona. En sus primeras obras informalistas y abstractas aborda los problemas de construcción de las imágenes mediante la yuxtaposición de planos de color aplicados con amplias y enérgicas pinceladas. Es, sin embargo, mediada la década de los ochenta cuando provoca una respuesta general de desconcierto ante lo que parece una voluntaria renuncia a la modernidad: su atención se dirige a los paisajes convencionales al estilo de Watteau y
Fragonard,
introduciendo intencionadamente citas literarias. Una beca en 1989 en los Delfina Art Studios de Londres le permite perfilar sus planteamientos y regresar con un comportamiento hacia la pintura más severo. Sus cuadros, orientalistas, evocadores, cargados de referencias literarias, son la reivindicación del exceso controlado independiente del concepto tan variable de modernidad. Destacan sus exposiciones individuales en la Galería René Metrás, Barcelona (1984) y Galería Estampa, Madrid (1995). Su obra está en numerosas colecciones públicas y privadas, entre ellas, la Colección del Instituto de la Juventud, Madrid, y la Colección Caixa de Pensions, Barcelona.