El estallido de la II Guerra Mundial le sorprende en Suecia, donde permanece hasta 1961. Estudia Historia del Arte y Arqueología, especializándose en manuscritos pre-colombinos. Su primera obra tiene cierta influencia del surrealismo .
En 1953 publica su Manifiesto por una poesía concreta, al tiempo que sus cuadros se llenan de signos abstractos y comienza a experimentar con las posibilidades expresivas y conceptuales derivadas de la distorsión del lenguaje. A finales de la década de los cincuenta introduce elementos del mundo del cómic, en concreto de las historietas de Krazy Kat y de Mad. En 1962 realiza sus primeros cuadros “interpretables”, obras que se encuentran, según sus propias palabras, “en algún lugar en el punto de intersección entre la pintura, el juego (…) y las representaciones de marionetas”. Realizadas a base de piezas móviles, fijadas al soporte mediante imanes, estas “pinturas variables” pretenden lograr la intervención activa del espectador y convertir la experiencia estética en una forma de juego. El activismo político de Fahlström se acentúa en las décadas de los sesenta y setenta, cuando se instala en Nueva York. Es en estos años cuando publica Tened cuidado con el mundo (1966) y cuando inicia una serie de cuadros de denuncia social, en los que aborda temas concretos de la actualidad como la Guerra de Vietnam o el Banco Mundial, y con los que pretende provocar reacciones morales en el público. Los archivos documentales del artistas se hallan depositados en el Macba de Barcelona.