Hijo de un importante empresario siderúrgico del País Vasco recibe una educación cosmopolita estudiando el Bachillerato en Angulema y en Oxford y titulándose en Ingeniería Industrial en Alemania. De 1890 a 1902 dirige la fábrica paterna en Bilbao hasta la muerte de su madre, momento en el que sufre una profunda crisis que le conduce a abandonar la vida empresarial y dedicarse exclusivamente a la pintura. Se traslada a París donde asiste a la Academia Julian y traba amistad con Picasso, Vuillard y Durrio, entre otros. Realiza su primera exposición individual en 1916 en la Asociación de Artistas Vascos. A través de su intensa actividad como miembro de la revista España conoce a Pío Baroja y pinta su retrato; el primero de una serie que constituye la mejor galería de personajes del 98 ejecutada por un solo pintor. Goza de la consideración de esta generación de escritores y como testimonio están los poemas que le dedica Gerardo Diego. En 1925 participa en la exposición de Artistas Ibéricos, y en 1923 y 1926 en las exposiciones de la Asociación de Amigos del Arte Moderno. Su pintura se distingue por incorporar la especial sensibilidad de los impresionistas a la hora de tratar la forma, que combina con la riqueza cromática de los fauves . Como cita Eugenio D´Ors en Mis salones de Otoño en sus suntuosos bodegones la pintura se convierte en una pasta densa y bien trabada que unifica en su arabesco los diferentes elementos del cuadro. Su obra está representada en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.