Su producción, ecléctica y polifacética se mueve en el campo de la instalación, la fotografía, la pintura etc.- puede englobarse bajo un denominador común: el desafío a los límites entre alta y baja cultura y el sentido del humor. Sus raíces católicas son perceptibles en la reivindicación que hace del ornamento y lo barroco, así como en su rechazo de la estética del minimalismo, la elegancia y el buen gusto, que considera síntomas claros de una sociedad en decadencia. Algunas de sus obras más conocidas, en las que incorpora elementos del mundo del kitsch, son una portería con una vidriera de San Esteban en el fondo, una hormigonera de porcelana o un urinario adornado con la fotografía del rey de Bélgica. Tampoco pueden olvidarse sus montajes fotográficos en los que inscribe mensajes de andar por casa sobre escenarios grandiosos -Susan out for a pizza back in five minutes (1996). Dentro de sus muestras individuales puede mencionarse la del Castello di Rivoli, Rívoli (1991) o la del Open Air Museum of Sculpture Middleheim, Amberes (1997). Asimismo, su obra ha sido vista en la IX Documenta de Kassel, (1992).