Su obra se enmarca dentro de la tradición del realismo académico. Recuperando la técnica de la encáustica, Cuní Bravo, realiza un minucioso y sistemático análisis de la luz, su incidencia y su reflejo, en ambientes urbanos evocadores y nostálgicos, en los que predomina la sensación de soledad y misterio. Sus composiciones evidencian la pulsión actual entre fotografía y pintura, en la que ante unos mismos encuadres de próxima apariencia sensible, es en la resolución técnica, exclusiva de cada ámbito, donde quedan establecidas las diferencias. Destacan sus exposiciones individuales en OK Harris Works of Art Gallery, Nueva York, 2000, y Galería Sen, Madrid, 2002. Su obra se encuentra en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.