Detroit, 1932 – 1997.
Artista estadounidense.

Su vocabulario, muy personal, está basado en la utilización de diferentes formas de expresión: performance, instalaciones, fotografía, etc, en las que muestra su interés tanto por las civilizaciones orientales como por las representaciones espirituales de occidente. Es precisamente la combinación de ambas lo que le lleva a elaborar sus colecciones de pensamientos, en los que intercambia textos orientales con citas occidentales. En él el título de la obra juega un papel determinante, ya que las palabras invitan a una meditación, mitad seria mitad humorística, sobre lo que éstas aportan a las cosas. Ejemplo de ello es su obra titulada El pedestal para la lágrima perfecta (1983), compuesta tan sólo por una mesa cubierta de gasa negra.