Comienza a pintar a los diecisiete años de forma autodidacta, teniendo gran importancia en su formación la literatura de Edgar Allan Poe, Frank Kafka y la vanguardia literaria europea. Sus primeros trabajos artísticos los desarrolla en Málaga, donde junto a otros artistas forma el grupo Picasso en 1956. Viaja por Europa entre 1961 y 1965, residiendo en Alemania e Italia, para regresar a su ciudad natal en 1966. Sus obras se enmarcan dentro de la órbita del surrealismo, recreando un mundo fantástico que guarda relación con Goya y Bacon. El rigor técnico y el virtuosismo del dibujo dominan las composiciones que nos trasladan al mundo de lo onírico y del subconsciente. Sus pinturas, de gran libertad creativa, se pueblan de seres y materias en descomposición. La superficie del lienzo es rica y sutil, elaborada y trabajada por el artista de manera paciente y minuciosa. De sus numerosas exposiciones individuales cabe destacar la de 1972 en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y la retrospectiva llevada acabo por la Fundación Pablo Ruiz Picasso de Málaga en 1992.