Empieza su formación como ilustrador en 1948, trasladándose en 1952 a Madrid para estudiar en la Academia de San Fernando. En Florencia aprende la técnica del fresco así como historia del artem hasta 1955 cuando regresa a Colombia. Entre 1956 y 1957 se establece en México, siendo sus contactos con el muralismo de Rivera y Orozco determinantes en su carrera. A partir de entonces sus formas experimentan una peculiar hinchazón: abandona el claroscuro y se sirve de los colores claros para expresar el volumen, agrandando los perfiles de las figuras y quedando éstas comprimidas en espacios exageradamente pequeños, ironizando así el papel que desempeñan en el seno del mundo. Entre sus temas: bodegones desvaídos, personajes de la política, la sociedad y la religión, así como parodias de los grandes maestros. Todos ellos gozan de un aspecto muy elástico debido, en parte, a que no distingue entre texturas suaves y duras. Su peculiar sentido del humor le ha hecho acreedor de premios de gran importancia y su obra se expone en museos de fama internacional.