Bacon, Francis

Dublín, 1909 - Madrid, 1992 Pintor británico.


Artista autodidacta nacido en Dublín de padres ingleses. Se instala en Londres en 1925 y trabaja en el diseño de mobiliario Art Decó. En París le impacta una exposición de Picasso y Un perro andaluz, de Buñuel. Empieza a pintar dibujos y acuarelas entre 1926 y 1928, y los primeros óleos en 1929. Expone por primera vez su obra en 1933 en una colectiva en la Transition Gallery, en Londres, y en 1934 celebra la primera muestra individual. El poco éxito le produce desánimo, llevándole a destruir la mayoría de sus obras y a abandonar la pintura durante diez años. Reaparece en 1945 en la Galaría Lefevre junto con Moore, Mathew Smith y Hodkins, con la obra Tres estudios de figuras sobre la base de una crucifixión (1944). Desde entonces su obra adquiere notoriedad y es fuente de polémica en Inglaterra. Trabaja en solitario y su creación es de difícil encuadre en cualquier grupo o tendencia. Autodidacta, rechaza abiertamente la abstracción por considerarla decorativa y se centra en la pintura figurativa inspirada en obras de Giotto, Rembrandt, Velázquez, Van Gogh o Grünewald, así como en las creaciones cinematográficas de Eisenstein, la fotografía, el mundo de la medicina o la actualidad gráfica. Sus lienzos muestran figuras solitarias, organizadas en trípticos, carentes de toda afectividad, en espacios vacíos con perspectivas distorsionadas que destacan la soledad, la indefensión y la indignidad, en ocasiones, del ser humano. Los motivos se repiten en muchas ocasiones, reinterpretando el modelo por medio de la desfiguración del mismo. Esta afición a lo monstruoso y lo enfermo se interpreta como una respuesta ante el drama de la existencia del ser humano, considerada como una condición puramente carnal. Contribuye a ello la violencia de la ejecución y la ausencia de dibujo previo, si bien a partir de los años setenta el colorido se vuelve más rico, destacando los rosas y anaranjados. Al final de los años cuarenta inicia la serie del papado a partir del Papa Inocencio X de Velázquez, e inicia la proyección internacional de su obra con exposiciones en la Bienal de Venecia (1952) o la Documenta de Kassel (1959), entre otras.

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