Santander, 1941 – Madrid, 1991.
Escultor español.

De formación autodidacta pronto se traslada a Madrid para desarrollar su actividad artística. Su obra, dentro de la figuración, marcada por la influencia de Giacometti y el arte Bruto es de carácter existencial. Predomina en sus primeras creaciones los efectos expresionistas, conseguidos mediante formas poco acabadas y la puesta en valor de la textura y la materia, principalmente: barro, bronce, cartón, hierro, etc. La década de los setenta se caracteriza por la producción de series de bustos realizados en cera, en cuyos rostros se hace presente el dolor y el sufrimiento, plasmando las inquietudes y temores del propio artista que sufre una grave enfermedad que le empujará al suicidio. Posteriormente, en los años ochenta, crea piezas de pequeño formato que se relacionan con los bronces ibéricos, en los que si bien se aleja del expresionismo agresivo de sus primeras creaciones no renuncia a la ironía y de vez en cuando a la utilización de símbolos del dolor. Los contrastes en el tratamiento de los materiales, el uso de pátinas, la pequeña escala, y la rudeza de la figuración, convierten su escultura en algo tangible y humano, que como las piezas de De Kooning transmite angustia, soledad, y aislamiento. Sus principales exposiciones se llevan a cabo en la década de los ochenta, destacando su participación en la colectiva “20 esculturas en libertad” (1984) organizada por el Ayuntamiento de Segovia; también las individuales de 1986 en la galería Arte-Expres de Madrid y la de 1987 en el Palacete del Embarcadero de Santander. Su obra se encuentra en el Museo de Escultura de Valladolid, y el Museo de Bellas Artes de Vitoria.