Recibe su primera formación en Barcelona y más tarde asiste a las clases privadas del pintor Pedro Alexandrino Borges en São Paulo. Entre 1920 y 1923 se instala en París y estudia con Emile Renard en la Academia Julián. Allí traba amistad con artistas de la vanguardia como Gleizes, Lhôte y muy especialmente Léger. Antes de regresar definitivamente a Brasil en 1923 pasa una breve estancia en São Paulo, donde funda el Grupo Dos Cinco con la pintora Anita Malfatti y los escritores Menotti del Picchia, Mario de Andrade y Oswald de Andrade. En Brasil también entra en contacto con Cendrars, quien le inculcará una especial sensibilidad por el color y por la cultura popular. Dentro de esta línea, y junto con Oswald de Andrade, principal impulsor del movimiento antropofágico, desarrollará un “primitivismo mágico-telúrico”, al que pronto sucederá un arte más comprometido desde el punto de vista social, en conjunción con la nueva coyuntura política de Brasil. A partir de 1939 su pintura recupera el lirismo y afloran con fuerza los elementos vanguardistas. Su arte se mueve siempre entre las coordenadas del modernismo brasileño, más enraizado en lo popular, y el lenguaje maduro de la vanguardia internacional.