De origen humilde y de formación autodidacta, después de pasar dos años en África para cumplir el servicio militar, en 1919 regresa a Madrid, donde comienza a dibujar a la vez que hace algunas cabezas y esculturas de temas populares. En esa época conoce a Barradas, que le introduce en el círculo de artistas vanguardistas. En 1927 crea, junto a Benjamín Palencia, la Escuela de Vallecas.
A partir de esta época su realismo
inicial da paso a unas obras de un surrealismo
muy depurado, con formas semiabstractas que sugieren cuerpos femeninos u organismos sorprendentes inspirados en la contemplación poética del paisaje. El sentimiento de la tierra se hace patente en su obra como reivindicación muy viva entre la vanguardia española. En 1937 se va a París para realizar una monumental escultura: El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, para el Pabellón Español de la “Exposición Internacional de París”. Poco después es enviado a Moscú como responsable de la educación de los niños evacuados por el gobierno republicano, donde permanece hasta su muerte.