Denominación que recibe el arte cristiano producido en la Península Ibérica durante el dominio visigodo desde principios del siglo VII hasta la invasión musulmana del 711. Culturalmente, su punto de referencia fue Roma.

En una primera etapa debemos hablar de un arte hispanorromano de época visigótica, ya que se desarrolla en las mismas coordenadas que el Paleocristiano. Tras afianzarse definitivamente, nos encontramos con un arte patrocinado por la realeza (aúlico) del que quedan contadas expresiones: sólo algunas iglesias aisladas de reducidas dimensiones. En esta arquitectura sobresalen como características la planta basilical o cruciforme, la utilización del arco de herradura, la construcción en piedra con bloques bastante grandes, uniformes y bien tallados, hasta el punto de que esta sillería está asentada en seco sin mortero; la cubrición con bóveda de medio cañón y armaduras de madera (naves largas) o la introducción de la nave crucero para separar el altar y el sagrario de los fieles.

Son ejemplos significativos San Juan de Baños (Palencia), Quintanilla de las Viñas (Burgos), Santa Comba de Bande (Orense) y San Pedro de la Nave (Zamora).