Henri Cartier-Bresson
FUNDACIÓN MAPFRE – Sala Recoletos
Paseo de Recoletos 23
Madrid
Artista: Cartier – Bresson, Henri
En colaboración con el Centre Pompidou de París, museo con el que la Fundación MAPFRE ya organizó hace cuatro años “La subversión de las imágenes”, este centro madrileño abre mañana al público la primera gran antología de Henri Cartier-Bresson, fruto de casi cuatro años de trabajo. No se trata de una exposición más del fotógrafo, sino que se ha preparado como muestra definitiva que sirva de referencia a los estudios de Cartier-Bresson en los próximos años.
Podremos ver en la sede de la Fundación MAPFRE en el Paseo de Recoletos más de quinientas fotografías, dibujos, pinturas, filmes y documentos que prueban la inicial vocación pictórica del artista (en el marco del natural acercamiento de la fotografía a la pintura en los años veinte) y el compromiso de Cartier-Bresson con el acercamiento del espectador a la realidad de los más desfavorecidos y con la idea de un mundo más justo.
La exposición defiende la idea de que no existe un solo Cartier-Bresson sino muchos: las exhibiciones dedicadas hasta ahora a este artista se centraban en subrayar la unidad de su producción empleando tiradas modernas y del mismo tamaño de sus fotografías, mientras esta muestra se nutre de tiradas de época y copias vintage que, dentro de la coherencia del conjunto, subrayan su variedad y las distintas facetas de este creador: su vinculación con la estética surrealista, su labor como fotógrafo militante y su compromiso con el Partido Comunista francés y, por último, su trabajo como reportero humanista a raíz de la fundación, en la que él participó, de la agencia Magnum en 1947.
La exposición defiende la idea de que no existe un solo Cartier-Bresson sino muchos
Llamado “ojo del siglo” por la representatividad de su obra en el desarrollo de la fotografía en el s XX, y autor de imágenes y filmes donde ahondó en su conocido concepto del “instante decisivo” pero fue mucho más allá: a su predisposición artística y la tenacidad de sus investigaciones, se unen en sus trabajos las influencias de las enseñanzas de Lhote y de Julien Levy, Caresse, Harry Crosby, Peter Powel o Gretchen, con quienes mantuvo amistad. De su mano aprendió procedimientos compositivos y descubrió a Atget y a la corriente de la Nueva Visión.
Fruto de su contacto en los veinte con los círculos surrealistas, motivos del imaginario del movimiento se hicieron presentes en las fotos de Cartier-Bresson: cuerpos deformes, objetos empaquetados, figuras de ojos cerrados…pero, por encima de motivos concretos, tomó del Surrealismo su gusto por la subversión, por el juego y el azar y su interés por el subconsciente y la belleza convulsiva de la que habló Breton.
Con estos creadores compartió convicciones políticas, como su anticolonialismo, su solidaridad con los republicanos españoles y su convicción de la necesidad de un “cambio de vida”. Aquellas posturas se hicieron especialmente patentes en Cartier-Bresson a raíz de los tumultos organizados en París por grupos ultraderechistas en 1934. A mediados de la década de los treinta, viajó a México y EE.UU y en 1936 regresó a la capital francesa con ideas claramente comunistas; desde entonces comenzó a colaborar regularmente con la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios.
En esa misma época inició sus incursiones en el cine, siempre como herramienta de plasmación de su compromiso político y de extensión de éste hacia una audiencia más amplia. Intentó sin éxito que lo contrataran como asistente Pabst y Buñuel, pero quien si contó con él, hasta 1945, fue Jean Renoir, cineasta hijo del pintor.
La primera retrospectiva de Cartier-Bresson coincidió en el tiempo con la fundación de la agencia Magnum: la presentó el MoMA en 1947. Legitimado por el respaldo de un gran centro de arte, el fotógrafo pudo optar entre cultivar la vertiente más artística de su trabajo o centrarse en la aventura como reportero que Magnum le ofrecía, y esta última fue la vía elegida. Desde aquel año y hasta los setenta, viajó por todo el mundo y trabajó para múltiples cabeceras internacionales, manteniendo, pese a la celeridad requerida por la prensa, un grado de calidad muy notable.
El enfoque de la gran muestra abierta en la Fundación MAPFRE sobre la totalidad de su obra es esencialmente histórico, con un objetivo triple: reflejar la historia de sus obras escapando de clichés, contextualizar cada una de las etapas de su producción para subrayar hasta qué punto sus imágenes son producto de una época y demostrar que las fotografías de Cartier-Bresson constituyen un excepcional testimonio del devenir del siglo pasado. Tras su reciente presentación en Madrid, y cuando finalice su etapa en Madrid, la exhibición recalará en Roma y México.
El comisario de “Henri Cartier-Bresson”, Clément Chéroux, ya explicó la vida y obra del fotógrafo en uno de los Encuentros con la fotografía de la Fundación. Podéis ver al completo su intervención en este vídeo:
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