Seguramente se forma con Donatello, pero una primer contacto con el orfebre Giuliano del Verrocchio, le aporta la delicadeza de su artesanía, uno de los rasgos sobresalientes de su obra. Su actividad principal fue la de escultor en bronce aunque también trabaja el mármol y la terracota; entre sus trabajos destaca su David (1475) Bargello, Florencia y la estatua ecuestre del condotiero Bartolomeo Colleoni (ca. 1481), en la plaza de la iglesia de San Giovanni y Paolo. Su reducida obra pictórica está muy vinculada a la labor de taller por lo que resulta difícil atribuirle alguna de manera convincente. Lo que sí es seguro es la importancia que Verrocchio tiene en su discípulo Leonardo, de quien adquiere su soberbia maestría así como su fascinación por la dualidad de tipos en contraste. El Bautismo de Cristo (1475), Galería Uffizi, Florencia, se encuentra entre sus obras más importantes y en ella se percibe la mano de Leonardo.