Sus inicios están en estrecha relación con el simbolismo, siendo su traslado a Zurich (1915) lo que dé un rumbo nuevo a su trayectoria; aquí conoce a Hugo Ball , J.Arp y a Janco, con quienes funda el Cabaret Voltaire en 1916, de donde surge el movimiento del dadaísmo.
Su interés por la cultura francesa le lleva a establecer una relación epistolar con Apollinaire y Reverdy, y en 1917 organiza la primera exposición dadá en la Galería Corray de Zurich. Personaje excepcional en el panorama artístico europeo, es la intuición una de sus armas más importantes ya que aprecia con rapidez el arte de grandes artistas abstractos. Hacia 1919 llega a París y, en estrecha colaboración con Picabia, retoma la antorcha de lo moderno, lo que marca el inicio del movimiento dadaísta parisino apreciando, desde muy pronto, la importancia de la fotografía. A partir de los años veinte y treinta su actividad se centra en la poesía y en la crítica artística.