Se forma con diferentes maestros entre los que se encuentra Tiziano, Schiavone y Paris Bordone entre otros. A partir de 1539 se establece como pintor independiente en Venecia, componiendo cuadros a la tradicional manera veneciana con figuras situadas en paralelo al plano del cuadro y desligadas de cualquier movimiento fuerte. En 1547, con La Ultima Cena de la iglesia de S. Marcuola y con la Vocación de San Marcos de la Galería de la Academia, establece una línea de obras muy apreciadas que realiza, en la mayoría de los casos, para Venecia. En ellas muestra muchas de las cualidades que caracterizan su obra: su gusto por el escorzo, vivas exageraciones de luz y movimiento y un color más sombrío y místico que el de Tiziano. Las mayores obras de Tintoretto son las grandes series de pinturas que realiza para la Scuola di San Rocco entre 1565 y 1587, dotadas de gran cohesión gracias a la vivacidad y economía de color y de detalle. Su producción, llena de obras religiosas, es enriquecida por las escenas mitológicas y los retratos, y en los últimos años de su vida, se puede apreciar cierta labor de taller en algunas de sus obras. La obra de Tintoretto ejerce gran influencia en los pintores venecianos pero es El Greco el que mejor absorbe la intensidad de su obra. El Museo del Prado conserva una excelente colección.