De 1584 a 1593, aproximadamente, es discípulo de Calvaert, ingresando más tarde en la academia Carracci donde aprende a utilizar un dibujo firme y claro. Sus continuas visitas a Roma le proporcionan los contrastes luminosos de Caravaggio y un estilo clásico de gran elegancia, que parece absorber de Rafael y los antiguos. Tras la desaparición de Annibale Carracci en el año 1609, Reni se convierte en el gran maestro de la pintura barroca boloñesa, dirigiendo un amplio y próspero taller. Los últimos años de su vida se caracterizan por la utilización de los tonos fríos, la pincelada alisada y la composición artificial, tal y como se observa en Atalanta e Hipómenes (1615 – 1620), que pertenece en la actualidad al Museo Nacional de Capodimonte de Nápoles.