Posiblemente aprende a pintar en un taller de Renania central o en Colonia, siendo más tarde discípulo de Rogier van der Weyden en Bruselas. Después se establece en Brujas, donde desarrolla toda su actividad pictórica. Su estilo recoge influencias del arte de van der Weyden y de Bouts, desarrollando una manera muy personal caracterizada por su versión suavizada y dulcificada del arte de su maestro. Se convierte en el pintor flamenco de la intensidad emocional, cuyos cuadros, impecablemente trabajados, son tranquilos, reposados, piadosos y humildes; muestra magnificencia en su colorido, gracia en sus figuras y una observación precisa de los detalles. En sus obras tardías se aprecian elementos del renacimiento italiano. Pinta numerosos retratos, Retrato de una anciana, Louvre, mostrando mayor originalidad en este campo, se dice que éstos influyen en los de Bellini, que en sus pinturas religiosas: La Virgen del rosal (1480), Pinacoteca Antigua, Munich.