Es una de las figuras más singulares de la pintura iberoamericana. Hija de un fotógrafo judío-alemán y de una mexicana, a los dieciocho años sufre un accidente de autobús que le aplasta la columna y le deja importantes secuelas en sus piernas, que con el paso del tiempo, la llevarán a la invalidez total. Por su militancia en el Partido Comunista conoce a Diego Rivera, con el que se casa en 1929. De esta relación, complicada y poco convencional, quedan huellas en la obra de ambos. Conoce a Leon Trostky, al que acoge en su casa en los años 1937 y 1938 con motivo de su destierro. Breton, en un viaje a México, queda fascinado por su obra y la incluye en diversas manifestaciones del surrealismo, siendo reivindicada por estos artistas. Frida Kahlo comienza a pintar en el hospital de forma autodidacta, tras el accidente, con una temática fundamentalmente autobiográfica. Con una factura minuciosa proyecta sobre sus obras todas sus obsesiones y conflictos (sexualidad, enfermedad, abortos,…) en un ambiente inmerso en la cultura popular de su país. Así son frecuentes su autorretratos con vestidos tradicionales mexicanos, la presencia de ex-votos, dioses antiguos, imágenes religiosas, etc. Lo que el agua me ha dado (1939), Las dos Frida (1939) y La columna rota (1944) son ejemplos muy significativos de su pintura. La casa de la pintora en Coyoacán es ahora un museo dedicado a su obra en el que también se conservan sus colecciones de arte popular.