Después de intervenir en la fundación del informalismo argentino en 1959 junto a Kemble, Pucciarelli, Wells, Baulari y Noé, entre otros, se aleja de la pintura y se adentra en el campo del arte conceptual en lo que él mismo denomina vivo dito o arte vivo. Su primera obra en esta línea consiste en una urna llena de ratones firmados por el autor con todos los nombres de los artistas que participan en una exposición colectiva con él. La presentación de Cristo 63 en Roma provoca tal escándalo que tiene que salir precipitadamente de Italia. Termina instalándose en Madrid y conecta con los componentes del grupo El Paso. En España continua trabajando en el proyecto vivo dito y expone en la Galería Juana Mordó en 1964. Un año después se suicida en Barcelona; sobre su mano izquierda escribió la palabra Fin y sobre la pared Esta es mi mejor obra.