Su formación comienza en 1720 con Nöel Nicolas Coypel, y más tarde con Pieter Jacques Cazes y Jean-Baptiste van Loo, ingresando en 1728 en la Academia Real donde desempeña cargos importantes hasta 1774. Sus lienzos, en los que recoge escenas modestas y objetos de la vida cotidiana, se caracterizan por plasmar con intensidad poética momentos de sosiego y porque logra combinar el naturalismo de los modelos flamencos con la tradición francesa del rococó. Para ello utiliza un colorido contenido y muy matizado, una ordenación aparentemente casual de los elementos y un hábil empleo de las veladuras. Eleva las naturalezas muertas y las pinturas de género a un nivel mucho más relevante, siendo ejemplo de ello su Raya despellejada (1727/28), y Los atributos de las artes (1766), ambos en el Louvre.