Comienza su labor artística en el campo de la poesía y la comedia, de las que se sirve, como del automatismo propio del surrealismo . Escribió poesía en estrofas tradicionales (sonetos, romances, odas, etc.); poesía cotidiana, también denominada antipoesía por su temática y forma prosaica; prosas de circunstancias y poéticas, teatro y guiones del cine y realizó poesía visual y objetual. En los años cuarenta conoce al poeta J.V. Foix y a Joan Prats, quien poco después le presentará a Miró. En 1946, junto al filósofo y crítico de arte Arnau Puig, funda la revista vanguardista Algol y en 1948, junto a los artistas Tàpies, Cuixart, Ponç y Tharrats funda el grupo Dau al Set. Este grupo, de marcado cariz surrealista, se configura como una de las primeras manifestaciones realmente vanguardistas de la posguerra española. Su incursión en las artes plásticas se remonta a 1954, cuando empieza a utilizar objetos de uso cotidiano, provocadores y dentro de la órbita del dadaísmo. Después se suceden los jeroglíficos infantiles y juegos ideográficos. El humor y el elemento lúdico se materializan en una serie de objetos tomados de la vida cotidiana, como zapatos, bombillas, llaves, vasos, billetes de metro, la prestidigitación, el cine, el transformismo de Fregoli… que suscitan las más sorprendentes yuxtaposiciones y reivindican el descubrimiento más que la invención, la transformación de lo banal en artístico. Se inscribe en la tradición del ready made duchampiano y del poema-objeto de Breton, al tiempo que mantiene paralelismos con otras obras de la vanguardia de la posguerra europea, como las de Cage o Broodthaers. En palabras del propio artista, todas sus producciones son poesía (escénica, visual, poema objeto, etc.) abarcando nuevos ámbitos en un intento de romper las barreras del lenguaje y las fronteras de las distintas disciplinas artísticas.