Estudia en la Academia de Brera entre 1951 y 1954. Aunque sus primeras pinturas son expresionistas, pronto los objetos y figuras, tratados con colores lisos y sin sombras, aparecen delimitados por una gruesa línea. En los años sesenta es uno de los pintores más representativos de la Nueva Figuración europea. En esta época se dedica a pintar personajes célebres como Joyce, Freud o Benjamin, así como paisajes o temas de importantes acontecimientos históricos en los que introduce palabras-título y referencias a la pintura antigua.