Watch me move: animación dentro y fuera del cine

La Fundación Canal revisa su desarrollo en los últimos 150 años

Watch Me Move

FUNDACIÓN CANAL. CANAL DE ISABEL II

Mateo Inurria, 2

Madrid

Del 21 de mayo al 23 de agosto de 2015

Madrid,
Julian Opie. Jen Waling, 2008. Cortesía de la Lisson Gallery. Copyright: Fundación Canal
Julian Opie. Jen Waling, 2008. Cortesía de la Lisson Gallery. Copyright: Fundación Canal

Fue hace 104 años cuando el historietista Winsor McCay, que hasta entonces se había centrado en el cómic, presentó al mundo un cortometraje animado que incluía un desfile de coloridos personajes bajo el lema Watch me move como reclamo. Supuso uno de los primeros pasos en el desarrollo de la animación como forma de arte visual popular, perdurable y capaz de explorar a fondo las posibilidades narrativas y estéticas de la tecnología.

Con ese mismo título, “Watch me move”, la Fundación Canal abre mañana al público una de las muestras más completas dedicadas a este género, que repasa los mejores cortos producidos en el último siglo y medio y estudia su relación con el cine en general y con el arte contemporáneo.

“Watch me move” ya ha podido verse en la Barbican Art Gallery de Londres, el Glenbow Museum de Calgary, en Canadá, y en varios museos asiáticos (por este último continente ha itinerado en 2013 y 2014) y, en su primera presentación en España, consta de ochenta piezas distribuidas en seis apartados según criterios temáticos: Apariciones, que rastrea los orígenes de la imagen en movimiento desde los primeros experimentos científicos hasta las imágenes generadas por ordenador; Personajes, un homenaje a las estrellas de la animación que el cine y la televisión contribuyeron a popularizar; Superhéroes, dedicada a los extraordinarios protagonistas de los cómics de Marvel, DC, el manga o el anime; Fábulas y fragmentos, sobre las formas narrativas de la animación, desde mitos y cuentos de hadas hasta las historias de la cultura popular; Visiones, en relación a las esferas virtuales a las que la animación puede transportarnos y, por último, Estructuras, donde podremos contemplar obras de consolidados artistas contemporáneos que han experimentado en su producción con propiedades fílmicas como el sonido, la forma, la duración o el movimiento.

DE LOS LUMIÈRE A MIYAZAKI

Es complicado elegir, pero entre esas ochenta obras que expone la Fundación Canal os proponemos prestar especial atención a las dos películas presentes de los Lumière: La danza serpentina y El esqueleto feliz, ambas piezas breves (estos primeros trabajos duraban escasos minutos) en las que experimentaron con la proyección de luz y color sobre el cuerpo en movimiento; a In absentia, de los hermanos Quay, obra en la que una austera habitación deviene espacio de exploración psicológica gracias a un hábil uso expresivo de la iluminación natural; la oscarizada A de autismo de Tim Webb, un ejemplo, de 1992, de que la animación no sólo ha dado cabida a héroes sino también a temas políticos y sociales, o al filme de Osamu Tezuka Astro Boy, de mediados de los sesenta, que se desarrolla en una ciudad futurista en la que un niño-robot vive sorprendentes aventuras, pieza emblemática en Japón para toda una generación necesitada entonces de estímulos visuales y de esperanzas.

Los fans de Miyazaki encontraréis en “Watch Me Move” La princesa Mononoke, sobre aquella chica humana, San, que se mimetiza, en parte, con los lobos que la adoptan, y los de Tim Burton podréis ver su célebre Vincent, una película de seis minutos creada con la técnica del stop-motion y dedicada a un chaval que quiere ser como Vincent Price y vive obsesionado con las narraciones de Edgar Allan Poe.

La brillante animación checa también tiene su sitio en la muestra, de la mano de Jiří Barta y Golem y, ya en el jardín de la Fundación, en el depósito elevado, nos sorprenderán por lo llamativo de su montaje obras como Tango de Rybczynski, Vecinos de Norman McLaren y Caja de colores de Len Lye.

La exposición, huelga decirlo, puede gustar mucho a niños y adultos, pero los más pequeños podrán disfrutar además, las tardes de los sábados y las mañanas de los domingos, de talleres de stop-motion en los que crear sus propias historietas animadas mediante dispositivos móviles y cámaras. Después se las llevarán a casa.

 

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