Veronés, virtuoso y artesano

Cincuenta obras del pintor se muestran unidas por primera vez en Londres

Veronese: Magnificence in Renaissance Venice

NATIONAL GALLERY

Trafalgar Square

Londres

Artista: Veronés, Pablo
Londres,

Sus pinturas son magníficas plasmaciones de la opulencia, el color y el espectáculo visual en que se convirtieron los interiores de las iglesias, palacios y villas de la región del Véneto durante el Renacimiento; Paolo Caliari, Veronés, fue uno de los artistas más solicitados de la Venecia del XVI, un pintor virtuoso y artesano autor de una obra muy diversa: complejos frescos para retablos, cuadros devocionales y mitológicos, retratos y trabajos alegóricos o de temática histórica. Junto a Tiziano, Andrea Palladio y Jacopo Sansovino, extendió su reputación de maestro más allá de las fronteras italianas y ejercería póstumamente una influencia fundamental en la obra de Van Dyck, Rubens, Watteau, Tiepolo y Delacroix.

Formado en Verona por Antonio Badile, con cuya hija se casaría en 1566, pudo formar parte, durante una temporada, del taller de Giovanni Battista Caroto y las raíces de su estilo las encontramos en la arquitectura y la escultura antigua de su ciudad natal, aunque también sintetizan, en última instancia, influencias del norte y del centro de la actual Italia.

Veronés. La unción de David, hacia 1550
Veronés. La unción de David, hacia 1550

El tratamiento de composiciones, de narrativas y del color de Tiziano resultó fundamental para Veronés, pero su concepción de la armonía debe mucho a Rafael y sus líneas sinuosas y fluidas, a Parmigianino. Sus patronos fueron tanto religiosos como seculares y entre sus trabajos venecianos esenciales encontramos la decoración de la iglesia de San Sebastián, la decoración de los techos y paredes de la biblioteca de San Marcos, la del Palacio Ducal y los frescos que ornamentaron la Villa Barbaro de Maser, así como una serie de piezas para retablos. Desde 1560, llevaría a cabo diversos encargos de pintura mitológica para una clientela internacional.

Una de sus especialidades fue la pintura de escenas festivas y retratos de grupo a gran escala, y uno de ellos, la Última Cena que ejecutó en 1573 por encargo de un fraile dominico y que hoy es custodiada por la Academia Veneciana, despertó el recelo de la Inquisición por incluir demasiados detalles “irrelevantes”. Veronés defendió entonces el derecho de los pintores a tomarse las mismas licencias que los poetas y bufones, no obstante, modificó el título de la obra, que pasó a llamarse Cena en la casa de Levi.

Desde hoy y hasta el próximo quince de junio, medio centenar de pinturas de Veronés se exhiben en la National Gallery de Londres en la que es la mayor muestra del genio en el Reino Unido. La exposición cuenta con ejemplos de cada una de las temáticas que abordó y con importantes préstamos internacionales y algunos de ellos no habían podido ser contemplados por el público británico hasta la fecha: Marte y Venus unidos por el amor abandona suelo americano por primera vez desde 1910, y se exhibe, también por ocasión primera desde el s XVIII, junto a Cuatro alegorías del amor, propiedad del centro londinense.

Algunas piezas proceden de iglesias y galerías de arte europeas (Austria, Francia, Italia y España). Podremos ver El martirio de San Jorge (hacia 1565), cedido por la iglesia de San Giorgio in Braida de Verona y Matrimonio místico de Santa Catalina, de la Gallerie dell’Accademia veneciana, y comparar estos magníficos retablos, que no han sido vistos con anterioridad en Inglaterra, con la obra secular más consumada del mismo periodo: La familia de Darío ante Alejandro (1565–67), una de las primeras grandes obras del continente europeo adquiridas por la National Gallery.

Destacarán igualmente en la muestra tres de los retratos más bellos del artista, que datan del periodo de su llegada a Venecia: Retrato de un caballero (hacia 1555), Retrato de mujer, conocido como La bella Nani (hacia 1555–60, Museo del Louvre) y Retrato de un caballero (1560-65, The J. Paul Getty Museum, Los Ángeles).

Por otra parte, una pareja de retablos, pintados inicialmente para la iglesia de San Benedetto Po, cerca de Mantua, La Virgen y el Niño con los santos Antonio Abad y Pablo el Ermitaño (1562, Chrysler Museum of Art) y La consagración de San Nicolás (1562, National Gallery), se muestran juntos por segunda vez desde el siglo XVIII y La Adoración de los Reyes (1573), recientemente restaurada, podrá verse junto a obra del mismo tema realizada para la iglesia de Santa Corona de Vicenza. Ambas pinturas nunca han podido admirarse juntas fuera del estudio de Veronés.

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