Ugo Mulas y la fotografía como acto autobiográfico

Parra & Romero exhibe sus autorretratos en Madrid

Madrid,

Se inició por casualidad en el universo de la fotografía, pero algo en sus imágenes, la audacia o el carisma, hace pensar que la vocación por la cámara de Ugo Mulas, que tomó sus primeras imágenes siendo estudiante de Derecho, siempre estuvo allí. Acudía a los cafés milaneses, a finales de la década de los cuarenta, buscando coincidir en ellos con artistas, a quienes retrataría repetidamente, y captar en sus instantáneas huellas significativas de su universo intelectual. Y tantas veces acabaría reuniéndose con ellos que él mismo se convertiría en uno.

Esos retratos no solo consolidaron al italiano como un fotógrafo excepcional, sino también como uno de los primeros en desarrollar en su producción una lectura crítica de los roles y consideraciones de los artistas, y del sistema artístico en general, en un momento, posterior a la II Guerra Mundial, en que se gestaba la creación moderna tal y como hoy la conocemos, y después, ya en los sesenta, cuando el arte conceptual ponía de manifiesto que podía darse experiencia estética sin objeto.

Ugo Mulas. "Portraits". Parra & Romero
Ugo Mulas. “Portraits”. Parra & Romero

Hasta el 31 de julio, la Galería Parra & Romero dedica su primera exhibición a este autor: una antología de su labor como retratista que pone de manifiesto cómo la cámara de Mulas supo captar en buena medida las esencias de pesos pesados de la creación del siglo XX, pero también cómo, a partir de sus miradas hacia otros, hacia los instantes cotidianos que compartió con ellos, podemos componer un retrato del mismo Mulas.

Esa interpretación resulta cercana a la concepción de la fotografía y del retrato del de Brescia, que consideraba que el ejercicio de esta disciplina implicaba siempre un acto autobiográfico, porque el fotógrafo acaba proyectándose siempre en el retratado y al revés, de modo que es complicado afirmar cuál de los dos es el protagonista de las imágenes, si es que lo hay.

Ugo Mulas. "Portraits". Parra & Romero
Ugo Mulas. “Portraits”. Parra & Romero

Si retratar es sintetizar la esencia de quien tenemos delante para hacer que perviva en el tiempo, y pueda recuperarse avivando el recuerdo, motivo y fotógrafo acaban siendo dos caras de la misma moneda: los dos vertebran esa memoria. Al margen de la mirada personalísima, no hay medio creativo que permita mayor objetividad que la cámara y, como explicó Umberto Eco en 1973, comprender esa dependencia respecto al motivo real, y reconocerla desde la humildad, resulta vital: El discurso fotográfico quiere ser humilde precisamente porque da testimonio de todo, incluso aunque se deforme. Cuando esta humildad se vive con profundidad y pasión, el fotógrafo logra convertirse en artista asumiendo con claridad su condición de dependencia y convirtiéndola en una fortaleza, como el director que convierte una partitura leída con fidelidad en una irreproductible y ejemplar creación personal. El artista que comprende esto obtiene claridad e inspiración de esa unión. Así, el diálogo entre un artista y su fotógrafo surge de las conversaciones privadas y se convierte en documento de la ambigüedad, las dificultades, el dolor y la alegría de hacer arte.

Sería posible enlazar esa labor con los estudios de Deleuze sobre el hombre que devendría máquina al hacer uso de estas como una extensión más del propio cuerpo, si entendemos el acto de fotografiar como una acción tan automática como el pestañeo. De este modo, la lente, en el caso de Mulas, podría concebirse como una prótesis que facilita la fijación de momentos del fotógrafo y de sus modelos; momentos, claro, compartidos.

Podrá darse entre ellos complicidad, pero esta nunca implicará que el retratado se olvide de la cámara ante él, sino que la asuma; lo explicó Mulas: Al retratar a una persona, puedes asumir una infinidad de actitudes hacia esa persona y hacer que ella asuma una infinidad de actitudes hacia ti. No hay retrato más fiel que aquel en el que la persona está simplemente parada allí, posando, consciente de la máquina y no hace otra cosa más que posar. En cambio, por lo general, cuando decimos que queremos ser naturales, no se entiende que queramos ser naturales con nosotros mismos, sino con la cámara, es decir, con el fotógrafo, como engañándoles diciendo: ‘Estoy aquí, pero pretenderé que no sé que estáis ahí, así mi ficción será más creíble’. En lugar de fotografiar a alguien haciendo alguna cosa, se registra un hecho y luego se hace una crónica. En cierto sentido, el retrato es algo más noble que la crónica fotográfica, siempre que no haya reticencias, ni ficción hacia el conjunto de la operación, que debe ser lo más abierta posible, lo más directa posible.

En sus imágenes encontramos cotidianeidad, rastros de confianza… pero no huellas de un pacto entre fotógrafo y objeto de su atención. Veremos así, en Parra & Romero, a Duchamp observándose mientras juega al ajedrez; a Jasper Johns tomando una copa en su taller; a Piero Manzoni fumando un cigarro en una cafetería… o a Barnett Newmann ausente pero presente en sus sillas y su lienzo.

Ugo Mulas. "Portraits". Parra & Romero
Ugo Mulas. “Portraits”. Parra & Romero
Ugo Mulas. "Portraits". Parra & Romero
Ugo Mulas. “Portraits”. Parra & Romero

 

 

Ugo Mulas. “Portraits

GALERÍA PARRA & ROMERO

c/ Claudio Coello, 14

Madrid

Del 29 de abril al 31 de julio de 2021

 

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