En el breve periodo transcurrido entre 1885 y 1914, la pintura en los Países Bajos experimentó un renacimiento radical. El color dejó de servir a fines realistas para convertirse en medio autónomo de expresión por influencia de los impresionistas y neoimpresionistas.
El Gemeentemuseum repasa aquel periodo, hasta el 3 de enero, en la exposición “Colour Unleashed”.
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