Sascha Wiederhold, del olvido a la fascinación

La Neue Nationalgalerie presenta su primera muestra en un museo

Berlín,

Este 2022 se cumple medio siglo de la muerte, temprana, de Sascha Wiederhold, artista que había nacido en 1904 en Münster y que fue precozmente prometedor antes de caer en el casi completo olvido. En 1925, recién alcanzada la veintena, fue invitado a exponer en la célebre sala berlinesa Der Sturm, refugio entonces de los artistas de la vanguardia alemana, expresionistas y fauves, y su director, Herwarth Walden, entusiasmado por sus pinturas primeras, lo recomendó a Ludwig Justi, responsable de la Nationalgalerie en ese momento.

A partir de entonces disfrutó Wiederhold de algunos, escasos, años productivos antes de que le fuera imposible mostrar su trabajo dadas las restricciones impuestas por el nazismo y decidiera finalizar su trayectoria artística para reinventarse, en 1933; se convirtió en aprendiz de librero, profesión a la que continuaría dedicándose tras la II Guerra Mundial. Ese abandono absoluto de la actividad artística resulta, en el fondo, hondamente llamativo: es sabido que, con el advenimiento del nazismo, los creadores que hubieron de hacer frente a la consideración de sus imágenes como arte degenerado optaron por huir del país, colaborar con el régimen para mantenerse o simplemente dejar de trabajar hasta la llegada de tiempos mejores, pero, entre estos últimos, la mayoría continuaron su labor a partir de 1945. Fueron pocos quienes no volvieron a tomar los pinceles; en cualquier caso, el breve periodo de vida creativa de Wiederhold merece mucha atención y es imposible albergar dudas sobre la vigencia actual de sus diseños; habrá quien apunte que podrían haber sido trazados con ordenador.

Aquellas incursiones del alemán en el arte moderno quedaron en la memoria de pocos hasta que fue redescubierto, a principios de la década de los sesenta, por el marchante y coleccionista de arte Carl Laszlo; después llegarían dos exhibiciones menores en los setenta, ambas berlinesas, pero puede que sea este el momento más propicio para la gran recuperación crítica de la pintura, limitada en amplitud por las razones que avanzábamos, de este autor del que no teníamos noticias desde hace cincuenta años.

Sascha Wiederhold. Escenografía para Cuando los muertos despiertan, de Henrik Ibsen, 1929-1930. Silard Isaak Collection, Nachlass Carl Laszlo © Rechtsnachfolger Sascha Wiederhold
Sascha Wiederhold. Escenografía para Cuando los muertos despiertan, de Henrik Ibsen, 1929-1930. Silard Isaak Collection, Nachlass Carl Laszlo © Rechtsnachfolger Sascha Wiederhold

La Neue Nationalgalerie le dedica una monografía, comisariada por Dieter Scholz, en la que podremos descubrir su atención al pulso vibrante de la metrópolis internacional que era Berlín en los felices veinte, en escenas que para algunos se acercan a la psicodelia; su colaboración en escenografías teatrales, portadas de libros e incluso en la decoración de fiestas de disfraces o bailes y su fusión de rasgos cubistas, futuristas, del orfismo y el Art Decó en formas y patrones que giran salvajemente y que nos atrapan, también, por sus tonalidades intensas. Desde ese eclecticismo, se acercó a una abstracción inusualmente autónoma en la que, sin embargo, es posible hallar ciertos elementos figurativos.

Sascha Wiederhold. Tänzer, 1926. Silard Isaak Collection, Nachlass Carl Laszlo © Rechtsnachfolger Sascha Wiederhold
Sascha Wiederhold. Tänzer, 1926. Silard Isaak Collection, Nachlass Carl Laszlo © Rechtsnachfolger Sascha Wiederhold
Sascha Wiederhold. Diseño de cartel para el Storm Masquerade Ball, 1930. Belinische Galerie
Sascha Wiederhold. Diseño de cartel para el Storm Masquerade Ball, 1930. Belinische Galerie

“Sascha Wiederhold. Rediscovery of a Forgotten Artist” puede visitarse en ese centro berlinés hasta el próximo enero y constituye, por tanto, la primera individual en un museo del de Münster. Consta de más de medio centenar de pinturas y dibujos, siempre datados entre 1924 y 1930 (no todos los que llevó a cabo se han conservado, solo quedan cuatro de sus grandes formatos) y destaca entre ellos Bogenschützen (Arqueros), pieza de 1928 adquirida el año pasado por la Neue y su primer paso en el estudio de la producción de este creador: se trata de un lienzo de más de dos metros en sus lados y abrumador en su cromatismo; una suerte de caleidoscopio furioso de formas que se arremolinan y largas flechas que fue recibido en la prensa alemana con alborozo cuando se expuso en la Galería Brockstedt en 2013, como ejemplo de los tesoros aún por encontrar entre los artistas pertenecientes a la generación perdida.

La organización de esta exhibición ha supuesto todo un desafío, por el número de piezas destruidas durante la guerra y por la escasa información existente (la fuente principal de investigación en torno a Wiedeshold la constituye una colección de veinte postales en los archivos de la Berlinische Galerie). Al margen de esas cuatro grandes telas, el resto de los trabajos reunidos corresponden sobre todo a carteles, portadas de publicaciones y a las escenografías que desarrolló en 1929 mientras trabajaba en la actual Kaliningrado.

Sascha Wiederhold. Bogenschützen, 1928
Sascha Wiederhold. Bogenschützen, 1928

 

“Sascha Wiederhold. Rediscovery of a Forgotten Artist”

NEUE NATIONALGALERIE

Potsdamer Straße 50

Berlín

Del 2 de julio de 2022 al 8 de enero de 2023

 

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