Renata Cruz, para siempre y un día

La artista brasileña muestra en Blanca Soto sus azulejos

Madrid,
Renata Cruz. Para siempre y un día
Renata Cruz. Para siempre y un día

Desde hoy encontramos, desplegados por las paredes de la sala Blanca Soto, azulejos de papel, idénticos en sus dimensiones y pintados todos en acuarela, pero muy diferentes entre sí. Algunos remiten a los diseños tradicionales del azulejo portugués, otros reproducen formas habituales de los tejidos japoneses y otras objetos cotidianos y frases literarias. Se trata de piezas que la artista brasileña Renata Cruz ha llevado a cabo recientemente durante sendas estancias en Portugal y Japón con motivo de sus exposiciones en Carpe Diem Arte e Pesquisa (Lisboa) y el Aomori Contemporary Art Center de la ciudad del mismo nombre, y además de probar que el fuerte de esta autora es el trabajo en serie, dan fe de las posibilidades inspiradoras de los objetos cotidianos y pequeños.

La muestra lleva por título “Para siempre y un día”, ha podido verse hasta hace muy poco en Blau Projects (São Paulo) y, para su presentación en Blanca Soto la artista ha jugado a disponer las composiciones de manera distinta teniendo en cuenta las características de la sala y convirtiendo esta en un espacio con rasgos de hogar inspirado en los ambientes del taller de Cruz. Pero, al convertir los azulejos en acuarelas y las acuarelas en azulejos, la artista otra evoca otras intimidades al margen de la propia: la de estancias portuguesas y japonesas que acogen experiencias quizá efímeras en las que están presentes instrumentos concebidos para permanecer, como cuencos, tazas, jarrones… o manjares y plantas destinados a no durar (hojas, flores, frutas, champiñones, semillas…).

Renata Cruz. Para siempre y un día
Renata Cruz. Para siempre y un día

A esa ambivalencia de los objetos que tejen nuestra intimidad remite al título de la exposición, que alude también a Borges en sus requiebros sobre las relaciones entre el instante y lo eterno y está escrito, tanto en portugués como en japonés, en dos de los azulejos mostrados bajo las hojas de un árbol habitual en Japón, el el Momiji. Tiene de particular que sus hojas, tras caer en el otoño, intensificar su color.

El propósito de Renata ha sido separar de su contexto y convertir en piezas susceptibles de ser firmadas y organizadas en un entorno expositivo a las pequeñas cosas que pasan por nuestras manos en el día a día sin que les prestemos excesiva atención. Quiere despertar nuestro interés sobre esa indiferencia, que ella llega a entender como negligencia, y poner de relieve que el silencio de esos objetos puede desvanecerse cuando los hagamos entablar relaciones en contextos que los hagan especialmente expresivos. Más que interpretar la cotidianidad presente en sus azulejos, Renata quiere que experimentemos sus misterios desde la lentitud.

Renata Cruz. Para siempre y un día
Renata Cruz. Para siempre y un día

 

“Renata Cruz. Para siempre y un día”

BLANCA SOTO ARTE

c/ Almadén, 13

28014 Madrid

Desde el 16 de mayo de 2017

 

 

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