La casa de subastas Isbilya, todo un referente en Sevilla, ha organizado la que será su primera subasta en Madrid, que tendrá lugar los días 25 y 26 de octubre. En ella saldrán a la venta importantes piezas de los siglos XVII al XX, aunque es la pintura antigua la que tiene mayor relevancia en el catálogo de Isbilya. En este sentido, una de sus joyas es el Retrato ecuestre de Carlos II niño, un óleo sobre lienzo atribuido a Sebastián Herrera Barnuevo (Madrid, 1619-1671), que remite al que Rubens pintara de Felipe IV, perdido desafortunadamente en el incendio del Alcázar madrileño, en 1734. Forma parte del lote 61, con un precio de salida de 15 000 euros, y los responsables de la casa de subastas nos indican que se trata de una pintura de altísima calidad e importancia histórica, que, a su juicio, debería pasar a formar parte de las colecciones de Patrimonio Nacional. Permaneceremos atentos a ver si finalmente sucede así.
También acapararán miradas el Bodegón con gran frutero y aves de caza de Juan Van der Hamen (lote 70), la pareja de retratos de los Condes de Peñaflorida pintados por el madrileño Claudio Coello (lote 69) o el Retrato del duque de Fernán Nuñez con su hija y la condesa de Nogueras, firmado por Luis López Piquer (lote 629). No hay duda de que entre los más de 1200 lotes que se presentan habrá piezas para todos los gustos y bolsillos. No debe pasarse por alto la cuidada selección de joyas, antiguas y contemporáneas, ni la de artes decorativas, en la que encontramos tesoros como un mueble milanés de dos cuerpos realizado hacia 1850-1860 en madera de ébano con decoración de hueso y piedras duras (lote 120), una cómoda veneciana del siglo XVIII en madera de nogal con marquetería de limoncillo (lote 323) o un jarrón de porcelana de la Real Fábrica de la Moncloa, realizado hacia 1874 (lote 254).
El arte contemporáneo tendrá un protagonista de excepción: Salvador Dalí, cuyas piezas en los lotes 486-519 merecen una mención aparte. Son treinta y dos de las cuarenta y cuatro esculturas de la colección del empresario y galerista Isidro Clot, realizadas por Dalí en los años 70. Destacan particularmente las monumentales Reloj blando (lote 498) y Venus de los neumáticos (lote 507).
Paralelamente a la subasta, que tendrá lugar en la calle Velázquez, nº 12 de Madrid, Isbilya ha organizado “Calma y quietud. El Bodegón español en el Siglo de Oro”, una exposición con destacadas obras perteneciente a este género, que permanecerá abierta hasta el próximo 29 de octubre. Forman parte de la muestra 23 óleos –con cuatro parejas– de once pintores españoles, uno de ellos anónimo y diez de los mejores creadores de naturalezas muertas del siglo XVII: Juan de Arellano, Francisco Barrera, Pedro de Camprobín, Mateo Cerezo, Gabriel de la Corte, Félix Lorente, Mariano Nani, Luis Paret y Alcázar, Antonio Ponce y Tomás Yepes.
Entre los motivos, encontramos varios floreros, como los del maestro Juan de Arellano o el más que destacable Florero en un jarrón en bronce dorado con cerezas, madroños y almendras en una mesa, del valenciano Tomás Yepes; utensilios de cocina, alimentos que nos remiten a las estaciones del año, como las elegantes y meticulosas composiciones de Antonio Ponce, o el naturalismo de las exhaustivas representaciones de Mariano Nani en Bodegón con pavo, salchichón, fruta y vino o Bodegón con carne y verduras. Todos ellos son reflejo de la riqueza del género de la Naturaleza muerta o Bodegón español en los siglos XVII y XVIII, mostrando lo que de particular tiene frente a los europeos en cuanto al equilibrio y el orden en las composiciones, así como en la búsqueda, por parte de los autores, del silencio y la quietud característica de la atmósfera de los modestos interiores en la época del Siglo de Oro español.
