Desde hace años se ha consolidado, especialmente en estas fechas veraniegas, la tendencia a la presentación, por parte de las galerías de arte, de proyectos en lugares alejados a las grandes ciudades (donde habitualmente la mayoría de ellas desarrollan su actividad). Ibiza y Menorca son los escenarios habituales de esas propuestas deslocalizadas (Parra Romero, Cayón), pero la península también se va abriendo paso acogiendo propuestas artísticas presentadas por estas salas en el medio rural, destacando la iniciativa Solo Houses, llevada por Albarrán Bourdais a la comarca turolense del Matarraña. En el panorama internacional, Hauser & Wirth, Lévy Gorby Gallery y Pace Gallery han hecho lo propio en Menorca, Palm Beach, Aspen y los Hamptons.
Esta vez hablamos del Ampurdán: en el pueblo gerundense de Fonteta, las salas Bombon Projects, Joan Prats y NoguerasBlanchard, todas radicadas en Barcelona, ofrecen una muestra conjunta de junio a septiembre con el fin de llevar las creaciones de sus artistas a un entorno rural favorable, en principio, a una contemplación más relajada.
La exhibición se estructurará en dos capítulos (el primero, presentado desde el 19 de junio y el segundo, desde el 7 de agosto); episodios que llevarán por título, respectivamente, “Parar la fresca”, concepto popular, equivalente a tomar el fresco, que Josep Pla describió en su libro Las Horas y “Estar a la lluna”. Se reunirá, en ambas ocasiones, a autores de diversas generaciones representados por las tres salas: serán Joan Brossa, Hannah Collins, Bernat Daviu, Anne-Lise Coste, Hernández Pijuan, Enric Farrés, Marine Hugonnier, Chema Madoz, Ana Mendieta, Josep Maynou, Perejaume, Jordi Mitjá, Teresa Solar, Wilfredo Prieto, Rosa Tharrats… y Antoni Tàpies.
Las expresiones que dan nombre a la exposición van más allá de la referencia cariñosa al dolce far niente estival en un lugar propicio a ese lujo modesto de sacar la silla a la calle, cuando el sol perdona, para contemplar las estrellas o dormirse bajo ellas. Decía Pla que no hay nada más placentero que disfrutar de este fresco crepuscular: en sus palabras, la bóveda celeste puede invitar a pensar y las personas que poseen sentido del ridículo piensan, ante el firmamento, que no saben de nada. Y aquel interrogante sobre la conciencia de nuestra fragilidad, justamente, se sitúa en el centro del planteamiento de la doble muestra: se han seleccionado trabajos vinculados a la naturaleza y el paisaje, el tiempo y la contemplación; piezas que, en el contexto de Fonteta, del verano y de su lentitud, podrán desvelarnos matices distintos, sus rasgos trastocados.
Nos recuerda poéticamente el joven escritor Gabriel Ventura, en el texto que acompaña a este proyecto, que si nos dejamos llevar por el silencio y la calma de la fresca todo podrá convertirse, a nuestra nueva mirada, en obra de arte: las noticias del periódico, la espalda del vecino, un cactus o una rama de hinojo. Las piedras levitan y el mar se vuelve un desierto de arena azul. Los pensamientos, blandos y maleables, se infiltran por todas partes, se confunden con los árboles, con las fachadas y los tejados, con el calor y las moscas, nos toman el pelo y nos contradicen.
La cita, recordad, será en el número 10 de la calle Empordá de Fonteta, del 19 de junio al 3 de agosto (“Parar la fresca”) y del 7 de agosto al 26 de septiembre (“Estar a la lluna”).
“Parar la fresca”
Del 19 de junio al 3 de agosto de 2021
“Estar a la lluna”
Del 7 de agosto al 26 de septiembre de 2021
c/ Empordá, 10
Fonteta, Girona
