Michael Krebber, pintar con final abierto

La Fundación Serralves repasa su obra desde los ochenta

Oporto,
"MICHAEL KREBBER: THE LIVING WEDGE". Fundación Serralves
“MICHAEL KREBBER: THE LIVING WEDGE”. Fundación Serralves

Michael Krebber no engaña: ha asumido que no va a inventar nada nuevo en el campo artístico, porque lo que le hubiese gustado iniciar ya existe, y no sabe a ciencia cierta si el tan anticipado fin de la pintura terminara por llegar alguna vez, pero él, entretanto, no se ha propuesto innovar sobre los lienzos sino jugar con ellos a través de pinceladas breves y gestuales que parecen frases sin terminar. Sus obras dejan al espectador adivinando lo que podría suceder a continuación, una posible conclusión, porque nos dan la equívoca sensación de estar inacabadas.

Entre sus trabajos más recientes figuran, por ejemplo, una serie de catorce pinturas de casi igual tamaño que rompen con las convenciones pictóricas básicas por la tosquedad de su soporte, que remite a los textiles encontrados o manufacturados de los que también se sirvieron los igualmente alemanes Sigmar Polke y Rosemarie Trockel. Al utilizar telas preimpresas recién salidas de fábrica en lugar de lienzos en blanco, Krebber se permite la libertad de explorar las esencias de la pintura misma dejando en un lugar secundario el posible estatus icónico del motivo representado, en este caso un diamante reducido a su forma geométrica simple. Aplica sobre él diversos y siempre apagados tonos de blanco, repitiendo en ocasiones su posición en la obra e introduciendo cambios otras veces. Al contemplar estos trabajos en conjunto, advertimos cómo la simetría no es completa; a Krebber le interesa plantear que cualquier uniformidad puede no ser tal.

Nacido en 1954 en Colonia, este creador es seguramente uno de los más originales de la Alemania actual, pero su trayectoria siempre ha quedado a la sombra de la de los artistas con los que ha colaborado: Martin Kippenberger, Kai Althoff, Cosima von Bonin y Albert Oehlen. No obstante, y gracias en parte a su plaza de profesor en la Städelschule de Frankfurt, ha ejercido una destacada influencia en la escena artística de su país en los ochenta y los noventa, sobre todo por su personal concepción de la pintura abstracta.

Interesado por el agotamiento y la renovación de los procedimientos y convenciones de la pintura, desde su composición hasta sus mecanismos expositivos pasando por las relaciones entre la figura y el fondo, la forma y el formato, el color y el objeto o las superficies y la generación de espacio, su obra se ha difundido ampliamente los últimos años en galerías europeas y estadounidenses, pero nunca había llegado a Portugal. Por eso la Fundación Serralves de Oporto le dedica hasta el 15 de enero “The living wedge”, un repaso a su producción desde los ochenta a través de otras ochenta pinturas y dibujos procedentes de diversas colecciones privadas y públicas.

La exposición ha sido organizada en colaboración con Kunsthalle Bern, donde podrá contemplarse desde febrero hasta abril de 2017, e incide en que ante los trabajos de Krebber podemos hablar de pintura sobre pintura y en la austeridad, y a la vez el carácter expansivo, de los medios que utiliza, sobre todo manchas y líneas. Busca la mayor expresividad con lo que podríamos llamar “el mínimo esfuerzo”.

 

“Michael Krebber. The living wedge”

Fundación Serralves

Rua D. João de Castro, 210

4150-417 Oporto

Del 15 de octubre de 2016 al 15 de enero de 2017

 

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