Ni el Stedelijk Museum de Ámsterdam ni el MOTI de Breda se estrenan coleccionando arte digital, pero el paso que ambos centros holandeses darán adquiriendo proyectos de pioneros de esta tendencia sí puede abrir caminos a colaboraciones futuras entre ambos espacios o, quién sabe, a adquisiciones de arte digital en otros museos de arte contemporáneo que sigan su ejemplo.
Ambos centros comprarán conjuntamente diecisiete obras digitales de artistas holandeses e internacionales, algunos de ellos pioneros del género, como paso previo a la reapertura del MOTI, el año que viene, como Museo Stedelijk Breda: el cambio de nombre se debe a que el legado artístico de esa ciudad tendrá en este espacio mayor peso específico.
Actualmente bajo la dirección de Mieke Gerritzen, en sus cinco años de vida el MOTI ha logrado atesorar una notable colección de arte nacido en la red, y sus fondos entran por eso en conexión con la voluntad del Stedelijk de abrirse a las nuevas tendencias creativas, sobre todo en el campo del diseño gráfico. La adquisición conjunta recientemente anunciada no es fruto solo de esa coincidencia, sino que tiene un objetivo a largo alcance: mejorar la difusión del arte digital entre el público general y concederle un lugar permanente en las colecciones nacionales holandesas, la Collectie Nederland.
Los responsables de seleccionar las obras que han sido objeto de compra fueron los comisarios Ward Janssen (MOTI) y Bart Rutten (Museo Stedelijk), y sabemos que han buscado propuestas que examinaran el papel cambiante del idioma visual en la era de Internet o cómo el arte actual ha ofrecido una respuesta crítica a la informatización de la sociedad. Los artistas elegidos son los autores actuales Constant Dullaart, Rafaël Rozendaal, Floris Kaayk, Rosa Menkman, Geoffrey Lillemon y Jan Robert Leegte; los pioneros del arte digital en Holanda JODI, Vuk Ćosić, Martine Neddam y Olia Lialina y los creadores internacionales Jon Rafman, Petra Cortright, Jonas Lund, UV Production House y Michael Mandiberg.
Para preservar y exponer en las mejores condiciones sus trabajos, el Stedelijk y el MOTI desarrollarán conjuntamente una política de gestión del material digital, desafío que afrontan también muchos museos de arte contemporáneo fuera de Holanda. Trabajarán, para ponerla en marcha, con organizaciones como LIMA, una plataforma internacional para el media art especializada en la preservación de obras de arte digital.
En términos de cantidad de obras, esta es la mayor adquisición conjunta realizada por el Museo Stedelijk de Ámsterdam, que ya ha realizado compras a medias con el Centraal Museum de Utrecht, el Museo Van Abbe de Eindhoven, el Museo De Hallen en Haarlem y el Museo Arnhem.
