Los macchiaioli: manchas sin artificio que modernizaron Italia

Federico Zandomeneghi. Retrato de Diego Martelli con gorro rojo, 1879. Galleria d’Arte Moderna di Palazzo Pitti, Florencia © Archives Alinari, Florencia, Dist. RMN-Grand Palais / Georges Tatge Federico Zandomeneghi. Retrato de Diego Martelli con gorro rojo, 1879. Galleria d’Arte Moderna di Palazzo Pitti, Florencia © Archives Alinari, Florencia, Dist. RMN-Grand Palais / Georges Tatge

La Fundación MAPFRE presenta en Madrid la primera gran muestra internacional dedicada al realismo impresionista italiano

“Macchiaoli, Realismo impresionista en Italia”

FUNDACIÓN MAPFRE. SALAS RECOLETOS
Paseo de Recoletos, 23
28004 Madrid
Del 12 de septiembre de 2013 al 5 de enero de 2014
Lunes, de 14:00 a 20:00 horas
De martes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas
Domingos y festivos, de 11:00 a 19:00 horas

Del 12 de septiembre de 2013 al 5 de enero de 2014, en la Fundación MAPFRE. Salas Recoletos

Comisarios: Marie-Paule Vial, Beatrice Avanzi, Isabelle Julia y María López Fernández

Organizan: Fundación MAPFRE y Museos de Orsay y L´ Orangerie

 

En el marco de la fructífera colaboración de la Fundación MAPFRE con los museos parisinos de Orsay y L´Orangerie, desde el próximo 12 de septiembre podrá visitarse en sus salas de Recoletos la muestra “Macchiaioli, Realismo impresionista en Italia”, exhibición que busca dar a conocer al público español, tras obtener un gran éxito en su presentación francesa, el desarrollo de uno de los primeros movimientos artísticos de la modernidad, el constituido por un grupo de pintores establecidos en Florencia hacia 1855 que obtuvieron formación académica para después oponerse taxativamente a sus principios y comenzaron a pintar al aire libre años antes que los impresionistas franceses, sobre los que ejercieron una clara influencia.

La mayor parte de los trabajos de estos artistas, entre los que destacan Giovanni Fattori, Telemaco Signorini, Giovanni Boldini o Giuseppe Abati, son obras de pequeño formato que ofrecen innovadoras vistas del paisaje toscano sirviéndose de contrastes lumínicos potentes obtenidos de la yuxtaposición de manchas de color que darían nombre al grupo.

Silvestro Lega. La visita (fragmento), 1858. Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea, Roma © Galleria Nazionale d’Arte Moderna, Roma / Antonio Idini

Silvestro Lega. La visita (fragmento), 1858. Galleria Nazionale d’Arte Moderna e Contemporanea, Roma © Galleria Nazionale d’Arte Moderna, Roma / Antonio Idini

En la Fundación MAPFRE podremos ver, dispuestas siempre sobre un fondo negro que crea en torno a ellas una atmósfera íntima, de descubrimiento, y permite contemplar las piezas de forma limpia y resaltando un tono muy de la época, el azul prusiano, un centenar de obras cedidas por colecciones públicas y privadas italianas, dada una férrea política del país que impide muy a menudo la venta fuera del mismo de obras de arte italiano del s XIX. Se acompañarán de un pequeño conjunto de pinturas de Fortuny, que desde planteamientos distintos compartió con los macchiaioli maneras comunes, y de fragmentos de dos películas de Visconti, Senso y El gatopardo, que nos hablarán de las repercusiones de la obra de estos artistas en el cine, sobre todo en cuanto a encuadres, indumentaria y atmósferas.

Giovanni Fattori. Aguadoras de Livorno (fragmento), hacia 1865. E. Angiolini, Bottega d’Arte Livorno, Livorno © Enrico Angiolini, Bottega d’Arte Livorno

Giovanni Fattori. Aguadoras de Livorno (fragmento), hacia 1865. E. Angiolini, Bottega d’Arte Livorno, Livorno © Enrico Angiolini, Bottega d’Arte Livorno

No son casuales las referencias al Gatopardo pues las pinturas de estos artistas, tanto sus paisajes (a veces de ambientación histórica) como sus escenas campesinas o sus retratos influidos por una incipiente fotografía de una burguesía culta y discreta, no podrían entenderse sin unir a ellos su compromiso con la modernización política de Italia y con un enfoque más honesto y verdadero, menos retórico e idealizado, del propio arte pictórico. Esa voluntad de abrir vías a una nueva pintura más cercana a lo cotidiano los condujo precisamente al trabajo al aire libre y a una concisión en los detalles inspirada en el Quattrocento. Como buscarán después los impresionistas, los macchiaoli trataron de expresar el sentimiento de un lugar concreto, en una estación y un tiempo determinados, enfrentándose al paisaje puro con una osadía y libertad que parece superar a la de los pintores de la Escuela de Barbizon.

Mariano Fortuny. Corral de toros (fragmento), 1866. Musée des Beaux-Arts, Lyon [Adquirido en 1922] © Musée des Beaux-Arts de Lyon / Alain Basset

Mariano Fortuny. Corral de toros (fragmento), 1866. Musée des Beaux-Arts, Lyon [Adquirido en 1922] © Musée des Beaux-Arts de Lyon / Alain Basset

La madera fue su soporte predilecto y el formato rectangular dotó a sus composiciones de una monumentalidad y una solemnidad nuevas: sus campesinos ya no son representados desde el enfoque del realismo social sino desde una mirada elegíaca, sencilla y sincera de la vida rural en las que se privilegia el reflejo de masas y relieves sobre la plasmación del detalle.

Uno de los objetivos de la muestra que desde el día 12 podremos ver en Recoletos es abrir nuevas vías en el estudio de la pintura española de la segunda mitad del s XIX, cuya modernización se desarrolló mirando tanto a París como a Italia. Artistas como Pinazo o Sorolla comparten con los macchiaioli su gusto por los pequeños formatos, la pintura al aire libre, los delicados retratos o la búsqueda de unos rasgos nacionales. No obstante, se subraya el sentido y la coherencia propia de la producción de estos artistas más allá de las influencias que ejercieron.


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