El gran público lo conoce fundamentalmente por pinturas galantes y naturalistas en las que jugaba con equívocos elegantes, como El indiferente, Paso en falso o Embarcación a Citerea, pero Antoine Watteau fue también uno de los grandes maestros franceses del dibujo. Realizó estudios llenos de sensibilidad con tiza roja, negra y blanca, de modelos femeninos y masculinos, combinando en ellos detalles espontáneos y otros fruto del esfuerzo minucioso.
En muchos de ellos encontramos, como en sus pinturas, escenas que transmiten gozo, fiestas galantes que evocan cortejo, ambientes relajados, el refinamiento y el humor dieciochescos. También paisajes, un buen número de copias de obras de otros artistas, retratos de soldados y escenas de caza o teatrales (este último tema le divertía especialmente, al permitirle jugar con lo ficticio y lo real, y ya sabemos cómo amaba Watteau los equívocos).
Hasta el próximo 15 de enero de 2017, el Städel Museum de Frankfurt dedica una completa exhibición, en su galería dedicada a dibujos y estampas, a esa obra en papel del de Valenciennes: consta de medio centenar de dibujos que se completan con seis pinturas y otra selección de piezas en papel de artistas contemporáneos a Watteau o de creadores que se dejaron influir por su trabajo, como Antoine Coypel, Nicolas Lancret, François Boucher y Jean Honoré Fragonard.
Organizada en colaboración con el Teylers Museum de Haarlem, es la primera exhibición que centra exclusivamente en esta importante faceta de la producción de Watteau y también la primera monográfica que un centro de arte holandés le brinda en treinta años.
Es muy interesante contemplar estos dibujos para advertir hasta qué punto le sirvieron como ejercicio técnico y de inspiración a la hora de plantear sus pinturas, y teniendo en cuenta que la tiza fue para Watteau casi una prolongación de su mano: se sabe que dibujaba constantemente y en las más variadas situaciones, y también que esta vertiente de su trabajo fue muy valorada por sus contemporáneos, que supieron apreciar su habilidad para la observación precisa, la captación de lo inmediato e íntimo, y sus innovaciones, tanto o más presentes en sus dibujos que en sus lienzos, respecto a la tradición académica.
Las obras que componen esta exposición proceden de los fondos del Teylers y el Städel Museum (este último posee en su colección siete trabajos de Watteau-entre ellos la versión más antigua de Embarcación a Citerea– siendo uno de los fondos más destacados del pintor en Alemania) y también con diversos préstamos llegados de Francia y otros países europeos. En Haarlem el Watteau dibujante recalará entre febrero y mayo del año próximo.
