Nacido en 1964 y hoy residente en Zürich, Lori Hersberger rechazó ya desde su etapa como estudiante en la Basel School of Design en los noventa concentrarse en ningún género particular, aunque en sus inicios dedicase especial atención al videoarte y la escultura. Su elección no dogmática de materiales y medios expresivos se ha convertido en el sello distintivo de su producción, en la que videoinstalaciones, pinturas, performances, e instalaciones se combinan para formar su personal cosmos creativo. Ese eclecticismo es reflejo de su visión amplia e integradora de la cultura.
Un elemento constante en sus obras es la exploración del arte de vanguardia en la posguerra, de las tendencias del Hard-Edge, el Minimalismo, el Land Art y el Pop, cuyos rasgos más significativos busca trasladar a la esfera de la creación actual.
Desde finales de los noventa, la pintura ha ganado paulatinamente peso en su carrera, concebida por Hersberger como ataque lleno de posibilidades hacia el lienzo en blanco o la superficie de un espejo. Aplica el suizo colores brillantes a base de pinceladas o de pulverización. Últimamente además, ha creado esculturas basadas en cajas de acero de las que ha extraído el aire para buscar la representación de la idea de vacío.
Lori Hersberger. Instant Karma Nº2, 2012
Pese a que sus obras requieren un tratamiento industrial, el artista no queda en un segundo plano. Desde sus neones a los Intergalactic Totems, todas las piezas han sido, de alguna manera, tocadas por la mano del artista en el momento de su creación. Son objetos transformados en escultura por una técnica y por el que es el elemento esencial, la intención creadora.
Tras presentar en 2012 en la Galería SCQ de Santiago de Compostela su primera individual en España, Casado Santapau exhibe, desde mañana y hasta el 15 de marzo, el proyecto Structural Evaluation, compuesto fundamentalmente por piezas en neón que dialogan con el espacio expositivo y adquieren valor de horizontes de luz, de marcos de otros trabajos invisibles.
