Langdon Coburn, místico y abstracto

La Fundación MAPFRE le dedica una retrospectiva

Alvin Langdon Coburn

FUNDACIÓN MAPFRE – Barbara de Braganza (Fotografía)

Paseo de Recoletos, 27

Madrid

Del 13 de diciembre de 2014 al 8 de febrero de 2015

Madrid,
Alvin Langdon Coburn. Landscape, 1902. ©2014. Image copyright The Metropolitan Museum of Art/Art Resource/Scala, Florence.
Alvin Langdon Coburn. Landscape, 1902. ©2014. Image copyright The Metropolitan Museum of Art/Art Resource/Scala, Florence.

Cogió su primera cámara con sólo ocho años, por sus profundas inquietudes intelectuales se codeó con artistas y escritores esenciales y fue enormemente perfeccionista (destruyó unos 15.000 negativos y buena parte de su correspondencia), pero Alvin Langdon Coburn decidió no ser artista toda la vida, por eso su nombre no es de masiado conocido y de él apenas se han escrito media docena de libros. La Fundación MAPFRE le dedica, hasta el 8 de febrero de 2015 en su espacio de Bárbara de Braganza, una retrospectiva que reúne imágenes de los museos que atesoran las mayores colecciones del fotógrafo y de fondos privados.

Lo más interesante en la producción de Langdon Coburn es su evolución, que discurrió paralela a la de la propia fotografía moderna hasta forjar sus arquetipos: desde su pictorialismo inicial hasta la búsqueda de sencillez, de técnicas más avanzadas y finalmente de una abstracción que se entendió en su época como conquista incontestable e irrenunciable en el futuro. Hasta Langdon Coburn (1882-1966), se consideraba que la fotografía contaba la realidad; el americano (nacido en Boston) demostró que no siempre, que el medio podía incorporar la ficción y también la subjetividad: estados de ánimo, atmósferas…y también ser reflejo del espíritu de la modernidad, por el que él se dejó seducir sin reservas.

Su afán de innovación le llevó a buscar la belleza en entornos difíciles, hasta entonces improbables, donde pudiera encontrar la comunión de tono, expresión y luz. Sus imágenes londinenses, por ejemplo, muestran espacios conocidos desde rincones que no lo son: reconocemos la ciudad, pero nos parece nueva al presentársenos a partir de enfoques hasta entonces inéditos.

DEL PICTORIALISMO A LA VANGUARDIA

Bajo la influencia de Stieglitz, Gertrude Käsebier y del pintor cubista Max Weber, en quien Langdon encontró una suerte de figura paterna pese a sus edades cercanas, recorrió el camino fotográfico desde el pictorialismo hacia la vanguardia y aunque realizó numerosos retratos (de figuras como Gertrude Stein, su también amigo Henry James, Matisse, Rodin, Stravinsky o los propios Weber y Stieglitz) y diversos paisajes, se centró en la plasmación de paisajes urbanos e industriales europeos y norteamericanos desde perspectivas innovadoras que hoy podríamos considerar precursoras de los encuadres empleados por los artistas de la Nueva Objetividad.

Alvin Langdon Coburn. Marius de Zayas (1880–1961), junio de 1914. ©George Eastman House/Published and Printed by 31 Studio.
Alvin Langdon Coburn. Marius de Zayas (1880–1961), junio de 1914. ©George Eastman House/Published and Printed by 31 Studio.

Dominó Coburn los procesos de positivado, lo que le permitió dotar a cada una de sus imágenes de una individualidad propia y escoger el procedimiento más afín (fotograbado, goma bicromatada, goma-platino) y su aproximación, tanto al Cubismo como al breve Vorticismo, le llevó a crear divertidas “vortografías” a partir de formas cubistas, arquitectónicas o casi robóticas. De hecho, junto a Ezra Pound, diseñó el vortoscopio, un artilugio formado por tres espejos rectangulares que, unidos, daban lugar a un triángulo relativamente parecido a un caleidoscopio. Actuaban como un prisma que dividía en segmentos la imagen formada por la luz.

El inicio de la I Guerra Mundial, y su abandono de Londres en 1917 a consecuencia de ésta, condujeron al artista a buscar la espiritualidad en el norte de Gales y en la religión: fue predicador y se introdujo en la masonería. Así pasaron décadas: ya en los años cincuenta, comisarios americanos que rastreaban su trabajo creyendo que él estaba muerto lo redescubrieron y, quince años antes de su muerte, el fotógrafo volvió a exponer y a retomar la extroversión que le caracterizó antes de la Gran Guerra. Falleció nueve días después de publicarse su biografía.

La muestra que mañana se abre en la Fundación MAPFRE, la primera desde la itinerante que en 1998 le dedicó la George Eastman House de Rochester, ha sido comisariada por Pamela Glasson Roberts y se articula en diez secciones, a la par cronológicas y temáticas, centradas en su obra temprana (1900-1905), sus retratos de ese mismo periodo, las fotos que tomó en Reino Unido entre 1904 y 1910, antes de afincarse en Londres en 1912; las que realizó en Nueva York entre 1903 y 1912, las fotografías que tomó en Europa entre 1904 y 1913 y las series que llevó a cabo en las cataratas del Niágara y Pittsburgh (1909-1910), Yosemite y California (1911), el Gran Cañón del Colorado (1911-1912), el vorticismo (1914-1917) y la Catedral de Liverpool (1919-1920).

 

Comentarios