Hasta el próximo 1 de febrero, el Contemporary Jewish Musem celebra la vasta producción de retratos fotográficos que, a lo largo de casi siete décadas, llevó a cabo Arnold Newman. Es su primera retrospectiva tras fallecer en 2006 y se compone de dos centenares de imágenes en blanco y negro, varias inéditas para el público y otras muy célebres, entre ellas las que tuvieron como protagonistas a Martha Graham, Phillip Glass, Marilyn Monroe, Grandma Moses, Salvador Dali, Paul Auster o Pablo Picasso.
La muestra ha sido organizada en colaboración con la Foundation for the Exhibition of Photography de Minneapolis y el Harry Ransom Center de Austin y ha sido su comisario William A. Ewing. Con anterioridad pudo verse en el Gemeentemuseum.
En la era del selfie y la proliferación de retratos propios y ajenos en Facebook, Instagram y demás redes sociales, la obra de Arnold Newman cobra, más que nunca, un enorme valor por la habilidad del neoyorquino para captar en cada uno de sus trabajos la psicología de sus modelos. Próximo al modernismo y poseedor de un magnífico sentido de la geometría compositiva, dotó a sus obras de un estilo fresco y cuidado y prefirió siempre retratar a cada personaje en su entorno personal, de trabajo o formación, con el fin de no restar naturalidad a su expresión.
No le gustaba la expresión “retrato de ambiente”, pero podemos considerar que fue uno de sus pioneros; en 1991, llegó a afirmar: para mí, el estudio profesional es un mundo estéril. Tengo que salir. Estar con las personas donde ellas se encuentren en casa. No puedo fotografiar el alma, pero sí mostrar y contar aspectos fundamentales de ellos.
Por delante de su cámara pasaron escritores, artistas, músicos, hombres de negocios, banqueros y científicos; Stravinsky al piano, Truman Capote descansando en el sofá y Otto Frank, padre de Anna, en el ático donde su familia se escondió de la persecución nazi durante dos años.
Se cree que, en total, el fotógrafo estadounidense llevó a cabo unas 8000 fotografías, incluyendo retratos de grupo, como el de los empleados de la planta de Polaroid en Massachusetts allá por 1977, que rara vez ha podido verse, no ya en exposiciones, tampoco en libros, y que sí forma parte de esta exhibición en San Francisco.
En ella también podremos disfrutar de sus bodegones, estudios arquitectónicos y de impresiones de prueba que demuestran su enorme atención por el detalle.
Nacido en junio de 1918 en Nueva York en el seno de una familia de inmigrantes judíos sin grandes recursos, Newman pudo estudiar arte gracias a una beca, en la Universidad de Miami, y en 1938 comenzó a trabajar en estudios de fotografía especializados en retrato en Filadelfia, Baltimore y West Palm Beach mientras en su tiempo libre optaba por acercarse a la fotografía abstracta o documental. En 1941, por mediación de Alfred Stieglitz, expuso junto a Ben Rose en la A.D. Gallery y, cuatro años después, su individual en el Philadelphia Museum of Art titulada” Artists Look Like This” atrajo la atención de crítica y público. Fue en 1946 cuando pudo abrir su estudio propio en Nueva York y unirse a la American Society of Magazine Photographers.
Desde entonces colaboró con publicaciones como New York, Vanity Fair, LIFE, Look, Harper’s Bazaar, Esquire, Town and Country, Scientific American y New York Times Magazine, recibió numerosos premios y en 2005 Photo District News le citó entre los 25 fotógrafos vivos más influyentes. Falleció al año siguiente.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: